La gente rodea los restos de un coche bomba que acaba de estallar en Ciudad Sadr. :: AP
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Al-Qaida venga la muerte de sus líderes en Irak con ataques a la comunidad chií

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El viernes de oración se convirtió ayer en una jornada trágica en Irak. Acabado el rezo comenzaron a sucederse las explosiones a las puertas de mezquitas y mercados de distintas partes del barrio Ciudad Sadr de Bagdad, donde la mayoría de vecinos pertenece a la comunidad chií. Según el Ministerio de Interior, al menos 56 personas perdieron la vida y cientos resultaron heridas en esta «venganza por la muerte de los líderes de Al-Qaida», según aseguró el portavoz del Ejército, general Qassim al-Mousawi. Advirtió además de que «esperamos que se sigan produciendo este tipo de acciones». A los ataques en la capital se le sumó otra acción en Khalidiya, a ochenta kilómetros al oeste en la que ocho vecinos murieron asesinados.

Las operaciones conjuntas entre las fuerzas de seguridad iraquíes y norteamericanas acabaron en un plazo de 72 horas con tres de los hombres más buscados en el país pérsico. Con la muerte Abú Ayyub al-Masri, Abú Omar al-Bagdadi y Ahmed al-Obeidi la insurgencia quedó aparentemente descabezada, pero ayer fue capaz de volver a golpear y reavivar la lucha entre las comunidades con ataques como el que se produjo a las puertas del cuartel general del bloque sadrista, donde hubo tres explosiones.

Tregua chií

El partido liderado por el clérigo radical chií Moqtada al-Sadr mantiene a su milicia -Ejército del Mahdi- congelada desde hace varios meses, pero estos atentados ponen en peligro la tregua temporal que tan importante ha sido para la estabilidad de Irak.

Las acciones terroristas de ayer, trece tan sólo en Bagdad, suceden a los ataques contra embajadas extranjeras que sufrió la capital a comienzos de mes, y vuelven a mostrar la fragilidad de la situación de seguridad en el país a menos de cuatro meses de la retirada de las fuerzas de combate estadounidenses.

La violencia eclipsó una jornada más al recuento de votos que se lleva a cabo en la provincia de Bagdad tras las acusaciones de fraude por parte del primer ministro, Nuri al- Maliki, y que podría inclinar el resultado final de las elecciones a su favor, ya que le separan tan solo dos escaños de Iyad Allawi.