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«La Constitución del Doce fue un mito revolucionario»
Manuel Aragón Reyes Magistrado del Tribunal ConstitucionalEl catedrático clausuró el III Seminario sobre la histórica Carta Marga de Cádiz y destacó la herencia que ésta legó a la del 78
CÁDIZ. Actualizado: GuardarLa Constitución de Cádiz fue, sin duda, una de las más breves de la Historia de España, y apenas pudo aplicarse en la práctica en la España que concluyó la guerra de la Independencia, ya que dos años después de su promulgación, fue derogada de forma fulminante por el rey repuesto, Fernando VII. Sin embargo, el esfuerzo de aquellas Cortes no fue ni mucho menos inútil, y la esencia de aquella primera Carta Magna española perduró en la historia española, dejando un poso que ha llegado hasta nuestros días.
Así lo defendió y reivindicó ayer el cordobés Manuel Aragón Reyes, que como catedrático en Derecho de la Universidad Autónoma de Madrid y magistrado del Tribunal Constitucional, es un experto en la materia. El jurista fue el encargado de clausurar el III Seminario sobre La Constitución de Cádiz, que se ha llevado a cabo desde el pasado jueves en el Casino Gaditano organizado por el Ayuntamiento y el Instituto de Derecho Comparado de la Universidad Complutense. Y para ello, pronunció una erudita ponencia que versaba, precisamente, sobre «El legado de la Constitución de 1812».
En primer lugar, Aragón Reyes, destacó que la «primera Carta Magna española», tuvo más influencia fuera de nuestro país, que dentro. No en vano, en algunos estados italianos «la adoptaron» como propia, y la copiaron de forma casi literal para dotarse de una constitución propia; y fue la base ideológica de las proclamaciones de independencia de los países sudamericanos. «En Europa era un referente revolucionario del momento, ya que la francesa convivía con el estigma del Terror», recordó ayer el magistrado.
¿Y en España? En nuestro país, a pesar de su brevedad , o precisamente por ello, 'La Pepa' quedó también como un «mito revolucionario» para los liberales que fueron perseguidos por Fernando VII; y a la vez, como «la enemiga inmediata del pensamiento reaccionario». Su figura como mito «es tan patente, que aparece incluso en los discursos de Azaña» a mediados del siglo XX, rememoró ayer Manuel Aragón, que se centró sin embargo, en rastrear su legado en la Constitución de 1978.
«La esencia es la misma»
Coinciden ambas, la del Doce y la actual -según Aragón Reyes- «en la idea de soberanía nacional». Pero también en la figura de «la monarquía constitucional actual» que «es heredera» de la Pepa.
«La sustancia del 78 es la misma que la del 12, el núcleo, las ideas primigenias de la actual es la herencia que nos legó la Constitución que pronto cumplirá dos siglos», concluyó con firmeza y sin lugar a dudas el magistrado cordobés, que reivindicó la «obligada conmemoración del inmenso acontecimiento histórico» de su promulgación.
Aragón Reyes no olvidó, por supuesto, a Cádiz, una ciudad de la que dice estar «rendidamente enamorado» y gracias a la cual, «fue posible una constitución liberal, porque ésta era una ciudad liberal ya antes» del Doce.