LAS EXCUSAS

Hace no mucho tiempo escribí un artículo en el que hacía un repaso por la trayectoria de los deportistas españoles cuando no se comían un pimiento en las grandes competiciones comparándolos con los de ahora, que son grandes. Los que tengan memoria se acordarán de que yo defendía que siempre acudían a las manidas excusas para justificar sus mediocres actuaciones en las grandes citas, pero que, en la actualidad, los buenos nuncan ponen paños calientes porque, sencillamente, son los mejores.

Esta reflexión me lleva en un paseo por el tiempo al momento actual que está viviendo el Cádiz. Desde que se instaló el comentario de que había que conseguir los 50 puntos y luego pensar en otra cosa hasta la desesperada situación de mantener la categoría he comprobado como se han ido generando diversos discursos pero, sin duda, los últimos son los que más me llaman la atención.

Cuando nos han dado un baño siempre he escuchado lo mismo o casi lo mismo. No volverá a ocurrir, ha sido un accidente y el vestuario ya está conjurado para contrarrestar esta goleada con una victoria. Sin embargo, ya ha habido media docena de partidos en los que nos han metido cuatro o más goles y no siempre se ha reaccionado con un triunfo. Por no hablar de las escasas veces en las que hemos vencido con solvencia.

Cuando nos han perdonado la vida se ha recurrido a aquello de que menos mal, que podemos estar contentos y que un punto es un punto. El pasado domingo entre Ramis y Enrique le perdonaron precisamente la vida al Villarreal B. El presidente llegó a afirmar que era el mejor partido de la temporada y que ya entrarían las ocasiones en otro encuentro. Pero Espárrago había dicho tres días antes que se jugaban la categoría. Entre las excusas de unos, el querer ver la botella medio llena de otros y el no asumir la responsabilidad de los demás a la afición la están echando del campo.