Carteristas
Actualizado: GuardarLamento decepcionar a mis habituales lectores, que son aquellos de los que dependo, ya que se hacen estadísticas y sí no los tienes dejas de tener trabajo. Hay quien cree que lo que más importa son las cosas importantes, pero no siempre es cierto: lo que ejerce un mayor influjo en nuestra vida cotidiana es lo que pasa todos los días en la calle y no lo que los cursis llaman "eventos consuetudinarios que acontecen en la rúa", que no suelen ser consuetudinarios ni eventuales. Cuando todos esperábamos medidas serias contra los ladrones de alto copete y baja estofa que pueblan los enmoquetados despachos, ahora resulta que se van a agravar las penas contra los carteristas. Vuelve a cobrar vigencia el verso de Pablo Neruda donde estableció sustanciales diferencias para el gran ladrón y para el que roba un pan. No era demagogia, sino ideología.
Ahora el PSOE ha acordado con CiU endurecer el tratamiento penal de los autores de hurtos de cuantía inferior a 400 euros de manera reiterada, lo demuestra que no son suficientes para vivir mucho tiempo. ¿A quién puede parecerle inapropiada la medida? Lo que ocurre es que la severidad con los pícaros que "por no tener, con oficios indebidos se mantienen", debiera estar antecedida por las que se adoptan contra los que se toman con los ladrones de guante blanco y moqueta espesa. Dicho de otra manera: antes de perseguir a los carteristas habría que estar atentos a los que manejan grandes carteras.
Tengo una indisimulable comprensión por los que roban a mano desarmada, a pesar de haber sido víctima de algunos de ellos. En la plaza de toros de Alicante, el gran Pepe Legrá me dedicó un combate victorioso. Yo era el único que creía en el, después de una derrota anterior. El público me ovacionó y cuando yo correspondía a sus aplausos, ciego de vanidad, me birlaron el contenido de mi bolsillo. Quien lo hizo era un caballero. Me devolvió la documentación y se quedó con la pasta.