«Los conflictos familiares no se pueden solventar sin ayuda»
El centro Mediante alerta de que los problemas en el ámbito doméstico se han incrementado a raíz de la recesión económica
JEREZ. Actualizado: GuardarEl centro de mediación y punto de encuentro familiar Mediante llega a su sexto aniversario con la sensación del deber cumplido. Aunque cuando comenzó su andadura sus pretensiones eran más bien modestas, en la actualidad la asociación presta servicio a unos 300 usuarios que acuden a sus profesionales para recibir asesoramiento y ayuda en situaciones de grave conflicto en el seno de la familia.
Se trata de un lugar que sirve de terreno neutral para la entrega y recogida de hijos en el caso de parejas separadas, y que en la gran mayoría de los casos viene prescrito por orden judicial. En sus paredes, no obstante, también se producen visitas tuteladas por el equipo técnico o se presta el apoyo psicológico necesario a los que lo requieren.
En los últimos tiempos, la recepción de usuarios se ha disparado porque la conflictividad familiar, como apunta Josefina Benítez, directora de Mediante, se ha incrementado notablemente coincidiendo con la grave crisis económica.
«Al haber más parados y pasar más tiempo en casa la convivencia se deteriora y se producen más peleas -explica la experta-. Estamos recibiendo muchísimos casos, el 70% de parejas jóvenes de entre 25 y 36 años que ven que el dinero no llega y se le acumulan los problemas. Con ello también se han incrementado las peticiones de abogados de oficio, para los que hay hasta lista de espera».
Así, mientras que hace unos años el centro recibía unos cinco o seis casos al mes, ahora la cifra llega hasta doce por una pérdida de valores en la que el consumismo ocupa un lugar destacado, según Benítez. Para luchar contra esta coyuntura, insiste en la necesidad de acudir a un punto de mediación, ya que sin ayuda es muy complicado salir del trance y sobre todo pensando siempre en el bienestar de los menores.
De hecho, en el caso concreto de Mediante el 80% de las veces se acatan los acuerdos estipulados y se reduce el número de denuncias interpuestas entre los progenitores. Algunos de los usuarios han querido avalar estos buenos resultados aportando su testimonio y experiencia personal. Aunque han preferido permanecer en el anonimato, por lo que los nombres que aquí se mencionen serán ficticios, no han dejado pasar la oportunidad para reconocer cómo el acudir al centro cambió sus vidas.
Testimonios
«Yo no quería venir porque pensaba que iba a ser un sitio muy frío y que ello le podría perjudicar a mi hijo -confiesa María-. Pero él lo tomó como si fuera una guardería, se sentía bien y yo me quité un peso de encima, porque mi ex estaba todo el día en la puerta de mi casa montando numeritos y poniéndose violento delante del niño».
El caso de Carlos es excepcional, ya que forma parte de ese 3% de padres que tienen la custodia de sus hijos frente a las madres. Su ex sufre problemas mentales y tampoco trataba bien a los niños, lo que les ha llevado a un rosario de procesos judiciales que les ha derivado al punto de mediación. «Yo siempre he estado muy contento con el equipo. Aquí los preparan para las visitas con su madre y siempre hay alguien pendiente, porque ella tiene conductas agresivas».
Lourdes tuvo una orden de alejamiento con respecto a su pareja, y el centro resultó la única opción posible para que las visitas a los hijos se sucedieran con normalidad. «Lo mejor es que te ahorran verte con esa persona -explica-. Es lo mejor que me ha pasado, ojalá hubiera venido desde el principio».
Aunque son los menos, también existen casos como el de Antonia, que los problemas para ver a su nieta le hicieron dirigir sus pasos a Mediante a través de su abogado. Hoy es una abuela feliz que, a pesar de que mira con incertidumbre el futuro, está dispuesta a aprovechar el máximo tiempo que pueda para disfrutar de su pequeña. «Yo iba hasta a renunciar a ella, pero ahora pienso verla aquí hasta que cumpla 18 años, porque de otra forma no me dejarán».