Cara a cara entre el guardia civil imputado y el amigo que le presentó a los narcos
CÁDIZ. Actualizado: GuardarEntre las 38 personas acusadas por narcotráfico que se sentaban ayer en el banquillo de la Audiencia Provincial, destaca la presencia de Luis Miguel G. J., un agente de la guardia civil que fue imputado en la causa por ayudar supuestamente a la banda, advirtiéndoles de que el Equipo Antidroga (EDOA) del Instituto Armado conocía los planes de su último cargamento de hachís. Esta presunta llamada de alerta permitió a la banda abortar un alijo en Barbate, donde el agente hacía prácticas en abril de 2008. Pero su nombre apareció durante los interrogatorios y fue también detenido.
Al ser interrogado ayer por el fiscal, el agente negó cualquier implicación en la trama. Sin embargo, su declaración no sólo tuvo que enfrentarse a las acusaciones del fiscal, sino también al testimonio de uno de sus compañeros en el banquillo -José Antonio P. M.-, que declaró ayer en su contra. José Antonio era un viejo amigo de Luis Miguel, a quien había conocido en San Fernando, cuando ambos pertenecían al cuerpo de guardamarinas de la Armada. Pero al graduarse, los dos jóvenes siguieron caminos distintos: uno se ganaba la vida como escayolista y el otro, ingresó en la Guardia Civil.
El agente reconoció ayer que su antiguo amigo de la Armada le presentó a Manuel 'El Marronero' en una cita informal que tuvieron en una cafetería de Cádiz capital, pero insistió en que el encuentro fue trivial -«se habló de cualquier cosa, menos de droga»-, y después no volvió a hablar con el supuesto cabecilla de la banda nunca más.
José Antonio, en cambio, contradijo ayer esta versión al asegurar que fue el guardia civil quien le pidió conocer a 'El Marronero', «dándole entender» que «lo podía ayudar en su trabajo; a ganar medallitas». «Como era mi amigo le quise ayudar -explicó ante el tribunal- Les presenté en la cafetería, pero no oí nada de alijos en la reunión», dijo el escayolista, en un intento de borrar cualquier tipo de vinculación con la banda. Sus acusaciones, en todo caso, fueron a más: tras la primera reunión, el guardia civil «volvió a verse con Manuel -El Marronero- y le oí decir que 'El Orejas' tenía el teléfono pinchado».