CARTAS A LA DIRECTORA

Procedimiento contra Garzón

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Como abogado en España que he sido de Adolfo Scilingo y Ricardo Cavallo, creo que tengo algo que decir -aun cuando fuere en nombre de mis defendidos- con relación al procedimiento que se sigue contra el juez Baltasar Garzón. Me parece hipócrita, arbitraria y oportunista la postura de la Fiscalía de la Audiencia Nacional, y la de los magistrados del Tribunal Supremo, por no defender el mismo criterio en la causa sobre la Guerra Civil y el franquismo, constituyendo ese cambio de criterio, con relación a la tesis mantenida con los regímenes de Argentina y Chile, una decisión que se toma desde el complejo a los propios fantasmas, los que no se desentierran por miedo y defensa sumisa de las directrices políticas del Ejecutivo, en el caso de la Fiscalía, y por inmensos egos enfrentados en el caso de los magistrados del Tribunal Supremo.

Constituye un sinsentido que jueces y fiscales únicamente se erigieran en 'quijotes' cuando se trataba de husmear en el exterior de nuestras miserias patrias, en lugares en los que nadie nos llamaba a impartir justicia, como era el caso de Argentina y Chile, que habrían, según la tesis que ahora mantienen, igualmente resuelto por medio de sus consolidadas instituciones su pasado más reciente (las denominadas 'Leyes de Punto Final' no son diferentes a nuestra Ley de Amnistía -si acaso esta última además, que no es poca cosa, es anterior a la Constitución-).

Es desolador que gastemos ingentes cantidades de dinero en desenterrar muertos en otros continentes -Tíbet, Ruanda, China, Marruecos-, sólo para demostrar lo progresistas que somos, mientras se ponen todo tipo de trabas, llegando a utilizar instrumentos procesales extremos, como la querella que nos ocupa, para evitar esa misma acción con los muertos de aquí.