PINCHITO MORUNO

EL PICOR DE LA MEDUSA

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No cabe duda de que hay gente con una gran imaginación para crear proyectos empresariales. El otro día el director del Plan Bahía Competitiva, Antonio Perales, anunciaba en una entrevista en Radio Cádiz que una de las empresas que se va a implantar en la Bahía se dedicaría a darle «nuevos usos» a las medusas que aparecen en las playas, también conocidas con el romántico y gaditano nombre de aguas malas.

Pues resulta que unos tíos de estos de gran coquito han investigado a las medusas y después de liofilizarlas o algo por el estilo, en fin, hacerles una cosa, que no es pa comérselas, sino para sacarles el jugo, consiguen obtener de los bichos una sustancia que en Asia se vende como afrodisíaco.

Lo que es el mundo. Lo que aquí en las playas de Cádiz, son algo temido y todo el mundo teme que te roze porque te produce grandes picores, resulta que a los japoneses y a los chinos les produce otro tipo de picores... que molestan menos.

La idea es magnífica porque eliminaría la presencia excesiva de estos bichos en las playas que, por lo visto, con el calentamiento climático, estaban inundando toda la costa mediterránea. Ahora, conveniente liofilizadas, provocarán otros calentamientos y a los amarillos los pondrá más coloraos que un bacalao en tomate.

Evidentemente el anuncio de esta empresa no se debería haber hecho ahora, en abril, periodo en el cual el gaditano «está hibernando» hasta que llegue el próximo Carnaval por lo que no se le podrán sacar los buenos cuplés que tienen los nuevos picores de las medusas.

Con lo bueno que hubiera sido un cuplé de esos del Gómez de mi vecina Carmeluchi la del cuarto, que cuando se enteró de lo que eran capaces de hacer los chinos con las aguas malas, se compró una red y todas las tardes se va a Santa María del Mar a dar chapoteos en el agua a ver si atrae a una manada de medusas. La pobre mía le ha pedido a la Virgen del Carmen que, por el momento, deje en suspenso su petición de un veraneo en un spa, y que le conceda el deseo de atrapar una buena medusa, que en cuantito que la coja, se la pone a su Adrián en la bañera, a ver si le pica bien en un muslo la medusa, y por fin una noche la mete a ella en sobreúsa.