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CÁDIZ Y SU UNIVERSIDAD
EL PAPEL DE LA CAPITAL
Actualizado: GuardarLa ciudad de Cádiz y nuestra Universidad tienen una gran oportunidad en los próximos años. La adaptación de la Universidad al nuevo modelo de educación superior emanado de Bolonia y la celebración del Bicentenario en 2012 deben servir para relanzar las alianzas existentes y buscar nuevas formas de colaboración entre ambas. No debemos perder de vista que en Cádiz se plantó la semilla de lo que actualmente es nuestra Universidad (Real Escuela de Cirujanos de la Armada y el Hospital Real, la Escuela de Comercio, etc.), y ahora es el momento de buscar las condiciones adecuadas que ayuden a crecer aún más el fruto de aquella semilla, que constituye una de las bases iniciales en España de lo que hoy es la Universidad.
El campus de Cádiz está integrado plenamente en el casco histórico. Esta circunstancia genera sinergías que favorecen a la ciudad y a la Universidad. La ciudad se beneficia de la actividad económica que la vida universitaria produce: cientos de estudiantes, profesores y personal administrativo que viven en la ciudad o se trasladan diariamente a ella, celebración de jornadas, congresos y actos culturales que atraen a expertos nacionales e internacionales, la llegada de alumnos Sócrates de toda Europa que transmiten en sus países de origen una imagen de la ciudad imposible de conseguir con costosas campañas publicitarias, etc. En resumen, Cádiz obtiene un beneficio evidente, que quizás debería ser cuantificado, por la existencia de los centros universitarios en su seno. De igual forma, la Universidad logra indudables ventajas por su situación geoestratégica en un casco urbano con una huella intensa del pasado. La comunidad universitaria disfruta de las ventajas de una localización privilegiada con todos los servicios y equipamientos que una ciudad como Cádiz puede ofrecer. Quizás el ejemplo de los alumnos Sócrates es el más claro de cómo la atracción de la Universidad se multiplica gracia a su localización en una ciudad como Cádiz con su paisaje y su paisanaje.
Pero este contexto de simbiosis beneficiosa debe alimentarse desde la Universidad y desde el Ayuntamiento, con una apuesta clara por una oferta competitiva y ordenada. Es necesario mantener la oferta actual de títulos agilizando los procedimientos de implantación o traslado de aquellos que los órganos de la Universidad decidan. Es importante definir el mapa de títulos y centros impulsando aquellos que tienen o han tenido una larga tradición en la ciudad o que por sus características puedan aprovecharse de la infraestructura de la misma. Es esencial que se construyan los equipamientos imprescindibles para el desarrollo de la vida universitaria: residencias para profesores y estudiantes que cubran las necesidades actuales y futuras, comedores universitarios, espacios deportivos para universitarios, nuevos espacios para investigación, etc. Para ello deberían colaborar todas las administraciones con competencias para agilizar la rehabilitación y renovación de los edificios destinados para algunos de estos equipamientos. Todo ello dentro, si es posible, del casco histórico y con una cierta contigüidad espacial que acentuará más si cabe la presencia de la universidad en la ciudad. En esa línea, deben superarse los problemas de accesibilidad y aparcamiento que sufre nuestra ciudad y que sitúan en desventaja a la comunidad universitaria de este campus respecto de los de Puerto Real y Jerez: tanto a los alumnos, cuya matrícula se ve incrementada indirectamente debido a las carencias de los servicios de transporte público y al déficit de aparcamiento de la ciudad, como al profesorado y al personal de administración y servicios, cuya movilidad se desincentiva enormemente ante la perspectiva de la dificultad de acceso a la ciudad y el imposible aparcamiento. Sería muy conveniente articular soluciones que faciliten la movilidad del personal universitario, sobre todo potenciando la intermodalidad de los servicios públicos de transporte.
El futuro de la ciudad y de nuestra Universidad está íntimamente unido. La colaboración entre las administraciones se hace imprescindible para alcanzar unos objetivos que impulsen a la ciudad y a la UCA a los parámetros de excelencia que todos deseamos para la ciudad en donde vivimos y la Universidad donde estudiamos, impartimos docencia e investigamos.