Opinion

Esperpento

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Lo acaecido y visto días atrás en la Facultad de Derecho de la Complutense de Madrid, con motivo del acto de apoyo al uez Garzón, es uno de esos episodios que mas vale olvidar pronto en aras de la buena salud mental, y de la higiene jurídica. Resulta bochornoso que una Facultad de Derecho acoja un homenaje a uno de los peores jueces instructores de España, cuyo reguero de desastrosas instrucciones de causas perdidas alcanza ya cotas de esperpento. Porque esperpento fue, y no otra cosa, lo que se ofreció el otro día en la facultad madrileña, con la anuencia de su Rector. Si los convocantes estaban tan preocupados por la salud del Estado de Derecho y por la Constitución, lo primero que debieran haber hecho, en aras de la pulcritud del acto y del debido respeto a los símbolos constitucionales, era invitar a los que correspondiera a retirar la inconstitucional bandera republicana en la que se leía un viva a Garzón, y que casi presidía el salón de actos. Tanto más bochornoso resulta que el ex Fiscal Jiménez Villarejo, quien por su carrera y formación debiera estar más a la altura de un lenguaje menos panfletario, arengara a los presentes con el fantasma del fascismo en la justicia, justicia a la que él sirvió durante mucho tiempo, incluido parte del franquismo, y en la que nunca oímos su voz y su denuncia alertando sobre el enrocamiento fascista en la jurisdicción. Debe ser que el espectro fascista ha surgido ahora, precisamente de la mano de un juez como Luciano Varela, fundador de Jueces para la Democracia, que como todo el mundo sabe es un peligroso nido de fascistas dispuesto a acabar con la democracia y el sistema de libertades. De lo demás podríamos hablar largo y tendido, porque no hay por donde cogerlo. Me llamó la atención esa afirmación de Cándido Méndez en el sentido de que el franquismo entregara a España a la tiranía del capital, afirmación que cualquier Inspector de Trabajo de una cierta edad y condiciones intelectuales honestas podría desmentir, amen de economistas prestigiosos y algún que otro informe de hace algunos años donde se examinaba el índice de convergencia español con Europa en los últimos años del franquismo. Pero esto seguramente también sería fascismo.