CARTAS A LA DIRECTORA

España, ¿continúa siendo «diferente»?

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Alguien durante la dictadura franquista, que algunos denominaron «apacible» acuñó la inefable frase «España es diferente», esto me ha hecho considerar, si nuestra nación en su peyorativo sentido -¡casi tras 35 años después de la muerte del dictador!- sigue siendo en esencia «diferente» una vez asistido a una transición de aciertos, pero ni modélica ni idílica. Tras tres décadas largas, salvo las asociaciones de la memoria histórica e iniciativas aisladas de los que están llamados a hacerlo institucionalmente, millares de españoles y españolas no tienen todavía derecho a una digna sepultura, inicuamente ignorados en fosas comunes. ¡Hacer justicia no es reabrir herida alguna!, pues por encima de la amnistía rige el cumplimiento implícito de las leyes internacionales por las que los crímenes de lesa humanidad jamás prescriben. A todos aquellos que por sus creencias e ideologías fueron víctimas de la muerte, la tortura, la cárcel, el exilio. a los que hoy debemos los logros sociales y políticos, son merecedores no de un despreciable memoricidio muy dilatado, sino de una gratitud y un reconocimiento imperecedero. Ahí están los informes de Amnistía Internacional, de juristas de todo el mundo, que asisten perplejos a lo que sucede en España en estos días. En nuestro país siempre deberá imperar la concordia que durante años no tuvo lugar, pero nunca el despectivo olvido hacia quienes antaño u hogaño ni siquiera fueron considerados personas por los enemigos de la libertad. Desde la explícita condena a toda tiranía sea ésta del signo que sea, nuestra pertenencia a organismos internacionales, urgen a España sin dilación alguna al estricto cumplimiento de derechos y deberes. ¡Ya está bien de pretendidas, más bien de supuestas preeminencias, desde muy concretos y nostálgicos ámbitos de tan superada como nula vigencia y viabilidad!