El contrato de fomento del empleo, fruto del consenso entre agentes sociales
MADRID. Actualizado: GuardarEl contrato de fomento del empleo tiene carácter indefinido. Fue diseñado por consenso en 1997 por las centrales mayoritarias, CC OO y UGT, y las patronales CEOE y CEPYME y recibió el visto bueno del Gobierno de entonces, del Partido Popular. Al frente de la gran patronal estaba el fallecido José María Cuevas, quien se vanaglorió de haber conseguido una de sus históricas reivindicaciones al alcanzar la reducción del despido.
En principio, el contrato estuvo destinado a colectivos muy concretos, con especiales problemas para acceder al mercado laboral y cumplir, de esta manera, con su denominación. Posteriormente, su aplicación se amplió y en la actualidad sólo está prohibido a los varones de 30 a 45 años, siempre que no sean parados de larga duración.
Su origen radica en la conveniencia de reducir la temporalidad y, para ello, nació con un despido más barato que el indefinido ordinario. El coste bajó de 45 días por año de servicio a 33 días, y el límite de 42 mensualidades se redujo a 24. Con la propuesta de Rodríguez Zapatero, la indemnización para los empresarios seria, por ejemplo, de 25 días si la subvención se fijara en ocho, mientras el trabajador recibiría intactos los 33 días.
En un principio, el contrato de fomento del empleo frenó la inestabilidad laboral. Antes de su existencia cada mes sólo un 3% de las nuevas colocaciones eran indefinidas. Después el porcentaje subió al 9%, tasa que lleva años estancada. Nunca ha llegado a un 12%. Sus propios autores consideran que se trata de una modalidad «agotada». Además, a menudo los empresarios ignoran sus ventajas y se inclinan por el contrato ordinario.