Derribos
Actualizado: GuardarEl mundo parece estar al revés. El Ayuntamiento de Valencia pretende derribar 1.600 casas legales, a pesar de estar amparadas por la declaración de Bien de Interés Cultural y, en otro punto de España, en Chiclana, el Ayuntamiento se empeña en que no derriben casas construidas sin las licencias urbanísticas, incluso para aquellas a las que se les ha incoado procedimiento penal a sus promotores por delito contra la ordenación del territorio. Ambas actuaciones se han desarrollado mediante procedimientos paralelos.
En el Cabanyal, un singular barrio de pescadores de Valencia, con edificios de una gran riqueza patrimonial e histórica, en vez de ser rehabilitado, su Ayuntamiento pretende arrasarlo y construir una anodina Avenida, que no se diferenciaría de otras Avenidas de cualquier ciudad. Para ello la Generalitat Valenciana ha aprobado exprofeso la Ley 2/ 2.010 de 31 de marzo, para saltarse la declaración de Bien de Interés Cultural, y ha tramitado de urgencia la expropiación de las casas, a pesar del requerimiento en contra de la Delegación del Gobierno, del informe de inconstitucionalidad del Consejo de Estado y del previsto recurso de inconstitucionalidad del Gobierno, la opinión pública y las protestas airadas de los vecinos. Si el Ayuntamiento actúa rápido, de nada servirán que los afectados ganen sus recursos pues todo quedará destruido y será imposible reponer sus casas en el mismo estado. A parte del enorme perjuicio causado por dejar a alguien desamparado y sin casa.
En Chiclana, con la aprobación exprofeso de las Ordenanzas de regulación de viviendas, se dará cobertura legal a miles de casas construidas sin licencias en suelo urbano no consolidado, dentro de las Áreas de Gestión Básica, hasta marzo de 2.009. Esto permitirá que algunos de los promotores de viviendas sin licencia, de ese término municipal, a los que se les ha abierto un procedimiento penal queden exonerados y se desbarate el gran trabajo que ha efectuado la Fiscalía. Por lo que deja una sensación de impunidad ante los incumplidores de las normas urbanísticas, y es un mal ejemplo, pues anima a otros a seguir ignorando las normas, con la esperanza fundada de que nadie se lo va impedir ¿Con qué ánimo se encuentra la Fiscalía después de esto? Espero que sigan con la misma eficacia.