Los liberales británicos aspiran a ser la alternativa de gobierno
LONDRES. Actualizado: GuardarNick Clegg, líder del Partido Liberal Demócrata, la tercera mayor formación del Parlamento británico, presentó ayer su programa electoral para una sociedad «más justa». Esta formación no suelen atraer gran atención, pero la posibilidad de que el Partido Conservador no consiga ganar las elecciones con una mayoría suficiente, ha otorgado a los liberaldemócratas un inusitado protagonismo, puesto que en ellos puede residir la llave para formar gobierno.
Los 'libdems' (tal y como se suele abreviar su nombre) son un partido de centroizquierda en materia social, y en especial en lo que refiere a los derechos de las minorías. En general su electorado es de clase media con formación superior o universitaria. Económicamente favorecen el liberalismo de mercado, pero defienden el Estado de bienestar y un sistema tributario progresivo que sea más equitativo, lo que han convertido en bandera de su programa. Se distinguen de laboristas y conservadores por ser los más proeuropeístas, y no apoyar la guerra de Irak.
Del mismo modo que sus dos máximos rivales, Clegg se presenta por primera vez a unas elecciones como cabeza de su partido, del que tomó las riendas en diciembre 2007. Es el candidato menos conocido, pero los tres debates televisivos programados -el primero se celebra hoy- resolverán en parte este problema.
De 43 años, está casado con la abogada española Miriam González Durante, quien a diferencia de las mujeres de los otros dos candidatos se niega a participar intensivamente en la campaña de su marido. «No tengo un empleo que pueda abandonar cinco semanas», dijo recientemente. Dada su ausencia, el rol de pareja matrimonial lo desempeña su portavoz de economía, Vincent Cable, quién sí que goza de gran popularidad por la credibilidad que se ha ganado con sus explicaciones sobre la crisis financiera.
En el plan de gobierno presentado ayer, que se apoya en cuatro puntos, los liberaldemócratas han sido los únicos que han admitido que si no encuentran suficientes recortes que no pongan en riesgo los servicios básicos para paliar el déficit, subirán los impuestos.