«Conil is a beautiful village»
El municipio recibe a 137 pasajeros del crucero Eurodam tras el acuerdo entre un touroperador y el Ayuntamiento de la localidad Los cruceristas norteamericanos cambiaron ayer La Catedral por la Torre de Guzmán
CONIL. Actualizado: GuardarAhí tienen a Dolores, que no entiende nada. «Chiquilla, ¿pero qué es lo que pasa hoy?». La mujer lleva casi medio siglo viviendo en estas casas blancas del centro de Conil y ayer se estrellaba con un trueno de pasos. 137 norteamericanos llegaron ayer al municipio, procedentes del crucero Eurodam, de la compañía Holland American Line, que había hecho escala en el puerto de Cádiz, para pasear por las calles conileñas, ver sus monumentos y realizar compras. Para hacer turismo y darle una bofetada a la crisis. 137 personas que no se quedaron en Cádiz.
Veamos. No es la primera vez que cruceristas extranjeros visitan la localidad. Pero sí es la primera vez que Conil, gracias a un acuerdo del Ayuntamiento con la compañía BC Tours -uno de los tour operadores con más tráfico y barcos en el puerto de Cádiz- ha decidido promocionarse a conciencia. Con un vídeo proyectado en el barco la noche anterior a la excursión, sobre los potenciales naturales y monumentales de la localidad. Con sus iglesias y museos a la disposición de los visitantes. Con el compromiso de tener abiertos los comercios del centro durante todo el día siempre que existan cruceros. Unos 23 concertados, de momento. Y parece que la iniciativa, ayer, se estrenó con éxito.
La concejala de Turismo del Ayuntamiento de Conil, Pepa Amado, ve sólo ventajas. «Estos cruceros viajan en marzo y abril y a finales de octubre, una época que viene perfecta para romper la estacionalidad turística que tenemos aquí, donde la mayoría del turismo se concentra en verano -Conil multiplica en julio y agosto por cinco su población-, y así reactivar el Casco Histórico también en primavera y otoño. De momento estamos en una ruta compartido, con Vejer, pero sólo estamos empezando, así que espero que esto vaya a más, el movimiento se demuestra andando y eso haremos». El de ayer era un trazo que comprendía Vejer, el Parque de la Breña y Conil. Y vuelta al buque, en el puerto de Cádiz.
Las declaraciones de Pepa Amado la sustentan los empresarios conileños. Ellos se han agarrado a la promoción y se comprometen a mantener sus bares abiertos. Algo que Cádiz hará sólo los próximos días 27, 28 y 29 de abril. «Debido al corto periodo de estancia, la zona delimitada es la que va de la plaza de los Bateles, la avenida de la Playa, la plaza de Santa Catalina y las calles que convergen en ella, pero no descartamos ampliar el recorrido en próximos años si la iniciativa funciona. En Conil hay gente muy emprendedora», dice Amado, que sólo piensa en una cosa, «en que los estudios que se han hecho demuestran que los cruceristas repiten cuando un lugar de vacaciones les gusta».
Y Conil embelesó a Rachel. Aunque Dolores, la mujer que no le quitaba ojo al grupo de forasteros, no entendiera nada. «What a beautiful village!» (Qué adorable pueblecito), decía azorada la estadounidense entre las calles. Los visitantes compraron ayer recuerdos. Tomaron un aperitivo. Hicieron fotos. Visitaron el museo de Raíces Conileñas, la Torre de Guzmán, y la Iglesia de Santa Catalina recién reconvertida en espacio cultural. Llegaron a las doce y media del mediodía, en tres autobuses, y se fueron una hora después.