La sucursal cerró sus puertas durante la mañana tras el robo. :: ESTEBAN
Ciudadanos

Los atracadores la toman con una sucursal bancaria de Federico Mayo en Jerez

Un individuo armado y ataviado con bufanda y gafas irrumpió ayer en la oficina que ha sido asaltada dos veces en menos de tres meses

JEREZ. Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

En apenas tres meses la sucursal bancaria de Cajasol en Federico Mayo ha sido atracada en dos ocasiones. Mientras que en el primero de los asaltos ocurrido el pasado enero los delincuentes no lograron llevarse botín alguno, ayer un individuo que irrumpió en la oficina al filo de las 8.30 horas consiguió hacerse con más de 20.000 euros en metálico. Todo sucedió muy rápido, como confirmaron testigos presenciales, que relataron cómo un hombre ataviado con bufanda y gafas de sol se introdujo en el local y amedrentó a los presentes con un arma.

Según fuentes de la investigación, el atracador se mostró «muy nervioso» y arrampló a toda prisa con el dinero que en ese momento había en caja, y que asciende a la cantidad citada. En medio de la confusión reinante el individuo logró escapar, y al cierre de esta edición la Policía Nacional continuaba buscándolo. Las pistas que manejan los agentes a este respecto son escasas, ya que el individuo iba completamente camuflado y en pocos minutos le dio tiempo a cometer el delito y huir.

Lo que sí han confirmado es que se trata de un varón de nacionalidad española, o al menos así se desprendía de su acento, y que efectivamente llevaba una pistola que todo apunta a que no era simulada ni de fogueo. Eso sí, no resulta probable que este atraco tenga algo que ver con el ocurrido hace unos meses, perpetrado por la familia Carmona, a la que se acusa de otros delitos similares cometidos en diferentes puntos de la provincia. La mala suerte parece haberse cebado con esta barriada de la zona sur de la ciudad y en especial con la oficina de Cajasol. Además de los dos asaltos, el pasado fin de semana un cajero de la entidad fue destrozado por unos vándalos, que acabaron con la infraestructura a golpes de martillo. Un día antes del atraco, el pasado martes, una máquina expendedora de la caja también fue atacada, aunque se desconoce si por las mismas personas.

Preocupación en la barriada

Estos últimos acontecimientos han provocado un creciente temor entre el vecindario, que ayer se preguntaba si no se podría recurrir a alternativas que evitasen el vandalismo que se está produciendo en la zona. Así lo expresaba un comerciante que lleva 30 años al frente de su negocio y que mostraba abiertamente su preocupación por lo que a su juicio supone una consecuencia directa de la crisis.

Para poner freno a este tipo de sucesos, los vecinos se preguntan por qué no dispone la entidad bancaria de un vigilante, que evite los robos y de paso garantice con su presencia la seguridad de trabajadores y clientes. «No todo es ganar dinero. Deberían poner un vigilante porque, si no, se repetirá esto otra vez, y más en esta zona, con la facilidad que hay para salir pitando tras cometer un robo», concluía al respecto el mismo comerciante.