La Casa Blanca choca con reticencias para castigar a Irán

Pese a sus denodados esfuerzos por lograr una postura unitaria, a Barack Obama se le resisten algunos países presentes en la cumbre de Washington a la hora de adoptar sin dilación nuevas sanciones contra Irán por su programa nuclear.

Ayer, el optimismo de la Casa Blanca se vio rebajado por la posición contraria a actuar contra Teherán de países como Brasil y Turquía, que intentan evitar el castigo con una nueva propuesta de mediación conjunta, y de China, que matizó su decisión de cooperar en la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU contra el régimen islámico.

Brasil se sienta actualmente en el Consejo, pero al ser un miembro no permanente carece de la capacidad para bloquear la resolución, algo que no sucede por ejemplo con China, por lo que su apoyo es capital.

Los gobiernos de Brasilia y Ankara proponen que Irán envíe parte de su uranio moderadamente enriquecido a Turquía y que ese país lo intercambie por combustible nuclear que recibiría de los países occidentales y que luego mandaría a Teherán, según dijo señaló un alto funcionario del Ministerio de Exteriores de Brasil. Luiz Inácio Lula da Silva y Recep Tayipp Erdogan intentaban ayer reunirse con Obama para explicarle sus argumentos.

Sin embargo, el portavoz del Departamento de Estado, P. J. Crowley, se mostró rotundo: «En este momento, creemos que es la hora de actuar. Únicamente puede haber debate sobre las sanciones específicas que se deberían adoptar», añadió en el Centro de Convenciones de Washington.