GESTOS
Actualizado: GuardarEn la vida la gente suele ir calificándose por si sola con diversos gestos. En el frívolo mundo del deporte, y en particular en el fútbol, las declaraciones y las actitudes dejan a más de uno con las posaderas al descubierto. Muchas veces encontramos ejemplos perfectos del donde dije digo, digo Diego o vemos actuaciones incongruentes con declaraciones realizadas previamente. Mucho lirili y poco lerele, que diría una prima mía. En los últimos días hemos encontrado dos o tres casos que reflejan perfectamente lo que les digo; el primero es el de José María Gutiérrez 'Guti', que dos días antes de que su equipo se jugara el partido más importante de la temporada salía a la palestra para anunciar su marcha velada del equipo a final de año. El 'pobre' no ha tenido oportunidades para demostrar su valía en el fútbol y sueña con marcharse al retiro dorado qatarí y de ahí perderse con una moto por Tailandia. Eso sí, aprovecha la más mínima opción para dejar su poso de gran orador y oportunista que 'pasa' de la vida y se conforma con dar dos pases buenos cada diez encuentros; otro buen ejemplo de este tipo de conducta lo encontramos en uno de sus compañeros de vestuario en la casa blanca. Sí, ese que era más fuerte, más alto y más guapo que Messi, pero que a la hora de hablar en el campo todavía no ha demostrado ser más que un escudero perfecto del mejor jugador del momento y digno aspirante a suceder a mitos como Pelé o Maradona. Cristiano Ronaldo aparece en el top-3 de jugadores que pasarán a la historia por su fútbol...y por sus gestos. Cuando marca, cuando habla, cuando regatea, cuando graba un spot, cuando se prepara para lanzar una falta...siempre nos tiene reservado una muesca diferente. La pena es que casi siempre son detalles cargados de vanidad y menosprecio hacia todo el que se ponga en su camino; el último caso reciente de gestos que pasan factura es el que tuvo Miku el otro día en Chapín. El Xerez tiene serias opciones de descender a Segunda, pero él tiene pocas opciones de recuperar una educación que nunca demostró. Arrieritos somos...