
Un desierto tras Del Bosque
Florentino Pérez acumula cuatro proyectos fracasados desde que prescindió del hoy seleccionador
MADRID Actualizado: GuardarAunque técnico, jugadores y dirigentes del Real Madrid se agarran a las matemáticas, al cálculo de probabilidades, para demostrar que todavía pueden ser campeones, la crítica y la afición asumen que el primer proyecto de la segunda era galáctica diseñada por Florentino Pérez muere huérfano de títulos, igual que los tres últimos de su primera etapa. Hasta los más forofos admiten que, reflejado en el espejo del Barça, el modelo de los blancos roza el esperpento desde que el club prescindió de Vicente del Bosque, de sus raíces, de esa genética que tan bien representan Pep Guardiola y su Barça.
Mientras los azulgrana presumen de ocho productos de La Masía en su equipo tipo, los blancos apenas pueden alardear de Casillas y, si acaso, de Arbeloa, recuperado del Liverpool a base de talonario. Guti y Raúl también son genuinos hombres de la casa. Pero si después de invertir 252 millones en fichajes Pellegrini debe tirar de estos dos símbolos en busca de la remontada, todo indica que el proyecto está mal diseñado en origen, que el Madrid es un páramo.
«Podemos tener una segunda oportunidad. Hace 21 puntos, el Barça nos aventajaba en cinco y le igualamos. Ahora, todavía quedan siete jornadas». Terminado el choque del Bernabéu, Valdano buscaba un asidero, soñaba con que el Barça puede pinchar dos veces porque tiene el Inter en la 'Champions' y salidas a los feudos del Espanyol, Villarreal y Sevilla. Lo hacía tras reconocer que el Madrid afronta «tensionado y sin naturalidad» los partidos importantes. Y evitaba pronunciarse sobre el futuro inmediato de Pellegrini, sentenciado para el próximo curso y muñeco de 'pim-pam-pum'. Un escudo para Florentino Pérez, que también cuenta con Valdano, Pardeza y hasta Emilio Butragueño como paragolpes.
El técnico chileno se resiste a arrojar la toalla. Promete no bajar los brazos, presentar batalla hasta el final. «Nuestra obligación es obligar al Barça a ganarlo todo, a no fallar. Si acabamos con 98 puntos y el rival es campeón, sólo nos quedará felicitarle», expuso Pellegrini, ya de madrugada, tras asumir que les había derrotado «un equipo superior» y que el Madrid afrontó con «ansiedad» los duelos clave de la temporada. Todo lo contrario que los culés. También Cristiano Ronaldo evitaba hablar de fracaso. «Hay que levantarse y pelear por la Liga. Todo es posible», expuso el portugués tras un duelo en el que se le vio ofuscado, incapaz de batir una vez más a Víctor Valdés.
Estilos antagónicos
Florentino y su equipo ya piensan en el próximo curso. En realidad, lo hacen desde el fracaso en 'Champions' ante el Lyon. ¿Qué modelo quieren? No queda muy claro cuando piensan en Wenger y a la vez en Mourinho para el banquillo. Idearios antagónicos. Rafa Benítez, Ancelotti, Blanc... Se multiplican las quinielas. El problema es que, como advirtió Schuster recientemente, cualquiera de los grandes exige plenos poderes para la confección de la plantilla, no que fiche el presidente. La relación de galácticos futuribles es extensa. Ribery, Silva, Cesc, Villa, Agüero... ¿Qué hacer con el inadaptado Benzema y con el mermado Kaká? ¿Sirven Garay, Marcelo, Gago, Lass y compañía? ¿Se irán de verdad Raúl y Guti? Los más sarcásticos reclaman recuperar a Robben y Sneijder, semifinalistas de 'Champions'. Incógnitas sin despejar.
Los datos, empero, son indiscutibles. Tras la última Liga conquistada en 2003, con Del Bosque en el banquillo y Ronaldo en punta, un desastre para Florentino y su equipo. Una veintena de fichajes, entre ellos Beckham, Walter Samuel, Owen, Robinho y Baptista, sin contar los de este curso, y 450 millones de euros despilfarrados. Queiroz, Camacho, García Remón, Luxemburgo y López Caro no dieron con la tecla en el banquillo antes de que Florentino dimitiese en febrero de 2006. Pellegrini tampoco está bien visto ahora. Valdano y Pardeza sufren tanto o más que Butragueño, Arrigo Sacchi y Benito Floro en la dirección deportiva. Y Ramón Calderón, forzado a irse por presunta corrupción, todavía presume de que ganó dos Ligas con Capello y Schuster.