ANDALUCÍA

Doñana, paisaje con figuras

Homenaje a varios de sus protagonistas en su 40º aniversario como Parque NacionalGriñán anuncia la creación de un centro de innovación de desarrollo en la reserva biológica

ALMONTE (HUELVA). Actualizado: Guardar
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Antonia Otero, una octogenaria criada en una de las emblemáticas chozas que sirvieron de hogar a los guardeses y trabajadores del parque nacional de Doñana durante años, simplemente se agarró al cuello de Felipe González y le zampó dos besos. El gesto reflejaba la emotividad que la Junta de Andalucía ha querido darle a la celebración del 40º aniversario de la consideración de este espacio ecológico como parque nacional, onomástica que coincide con los 30 años desde que se declaró parque natural la zona que le rodea y con los 20 años de su título como Reserva de la Biosfera. La efeméride de estas figuras de protección sirvió de argumento a la Administración autonómica para homenajear ayer en Almonte a personas que, como Antonia Otero, contribuyeron con su trabajo y dedicación a la preservación de este espacio natural. Desde científicos como Miguel Delibes hasta ecologistas como Juan Romero, crítico siempre con el poder público, además de ganaderos o guardeses, recibieron la estatuilla con forma de piña de pino que les reconocía su grano de arena en la conservación del Parque Nacional.

En el marco de este acto, el presidente de la Junta, José Antonio Griñán, anunció la creación de un centro tecnológico regional de desarrollo sostenible en la comarca de Doñana. Griñán, que situó a Doñana como «referente para los cambios» del modelo económico sostenible que se persigue, explicó que se trata de un centro pionero y adelantó algunas de sus directrices, aunque no concretó la fecha de ejecución ni el presupuesto con el que se hará. El citado centro funcionará como los de la agricultura, carne o pesca, con sedes en Huelva, en las localidades de Lepe, Cortegana e Isla Cristina, que también trabajan bajo el prisma de la economía sostenible. Este nuevo organismo se dedicará a «promover nuevos proyectos de investigación aplicada, así como a recopilar, procesar y poner al servicio del tejido productivo toda la experiencia adquirida en la comarca», explicó el presidente.

Griñán defendió, junto al «reto colectivo de la sostenibilidad», el incremento de las garantías de preservación del espacio natural y su entorno en el medio y largo plazo. El presidente subrayó en este sentido el papel de la Estación Biológica, «la única gran plataforma de investigación de ecosistemas terrestres existentes en España y una referencia mundial en los estudios ecológicos». Para el mandatario andaluz, la Estación es la institución mejor dotada para el estudio y la predicción del cambio climático. Al respecto, anunció que Doñana se integrará en la Red Andaluza de Observatorios del Cambio Global, junto a Sierra Nevada, los subdesiertos de Almería, las dehesas de Sierra Morena y la zona marítima del Estrecho. Griñán quiere que desde esta red, que vigilará el laboratorio de la Estación de Doñana, se de «una respuesta local a las amenazas globales», experiencia que ofrece «a quienes puedan necesitarla».

En el acto de ayer en Almonte, la Junta puso el acento en cómo, además de ampliarse en las últimas cuatro décadas el territorio protegido, que hoy supone ya más de 53.000 hectáreas, restaurar y recuperar ecosistemas y especies en peligro, como el lince ibérico y el águila imperial, también se ha logrado que la comarca de Doñana lidere proyectos pioneros de economía sostenible, especialmente agrícolas y artesanos. En la comarca, que abarca 14 municipios de tres provincias, ya hay más de sesenta empresas con la marca de calidad Doñana 21, la fundación pública puesta en marcha en 1997 para incentivar el desarrollo sostenible.

Tanto Griñán, como Felipe González, presidente del Consejo de Participación de Doñana, hicieron hincapié en hacer ver que esta cohabitación es posible, como, en opinión del presidente de la Junta, lo acredita la Unión Europea al renovar el Diploma de Calidad de Espacios Protegidos al Parque Nacional de Doñana para los diez próximos años, la primera vez a tan largo plazo.

Sin agua y sin luz

«Hay que mirar al ser humano, su dignidad», dijo González. El ex presidente puso como ejemplo el caso de Antonia Otero, exponente de una generación de mujeres que «parieron sus hijos en una choza, sin agua, sin luz, muchos dicen, que se quede la choza como está, yo intenté dignificarlos, que tuvieran agua, luz, la misma Antoñita me dijo, 'tenemos derecho a vivir con dignidad, no como hace cuarenta años'».

Rosario López Villarán, cuya empresa cuenta con la etiqueta Doñana 21, reivindicó en su intervención el compromiso «insobornable» de las gentes de la zona con Doñana, pero reclamó a cambio que las autoridades cuenten con «los habitantes de la reserva, sus pareceres y críticas» cuando se trate de planificar el futuro de la comarca, en relación al nuevo plan de desarrollo sostenible, pendiente de aprobar.