LA ESPERANZA COLECTIVA 20 2

La gran oportunidad

DIRECTORA DE DELDOCE+, EMPRESA DE GESTIÓN CULTURAL VINCULADA AL BICENTENARIO Actualizado: Guardar
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Cuando paseo por Cádiz no puedo evitar imaginarme sus calles bulliciosas, con gente vestida de la época del siglo XIX, inquietas, ilusionadas por saberse protagonistas de unos acontecimientos tan relevantes. No puedo evitar imaginarme su situación de verse acorralados por las tropas napoleónicas y su miedo a las bombas -aunque también percibo la guasa gaditana cuando éstas caían en el mar-. Siento cómo se llenan los bares y se forman sus tertulias para, día tras día, hacer elucubraciones para intentar adivinar cómo va a acabar todo; oigo esas discusiones políticas tan interesantes e interesadas en la mayoría de los casos, que quizás después tocarían los altos cargos políticos. Respiro la fortaleza de sus gentes, acostumbradas a los vaivenes de la Historia. Sí, no puedo evitar imaginarme a Cádiz en el año 2012. Una manera creativa y creo que acertada para que todos los gaditanos se involucren en lo que el Bicentenario significa: hacer que toda la ciudadanía salga a la calle a celebrar la Constitución de 1812 como hace 200 años. Que los gaditanos se involucren en el 2012, al igual que sus paisanos de hace dos siglos lo hicieron construyendo las murallas defensivas de Cortadura. Con sus ropajes, su actitud y con una ciudad sitiada -teatralmente hablando- por el ejército francés. Una gran celebración para festejar dos grandes acontecimientos en el tiempo: que los gabachos no entraran en Cádiz y la Conmemoración de la Constitución gaditana.

Una manera más de involucrar a toda la ciudadanía de la Tacita podría ser dándole mayor protagonismo al hecho histórico de que Napoleón no pudiera atravesar las murallas gaditanas, apelar al heroicismo de la ciudad; estamos ante un potencial a explotar turísticamente, como hacen en otros lugares, donde se conmemoran batallas épicas de anteriores guerras. Y aquí se libró algo más que una batalla. En Cádiz se libró la gran cruzada de la lucha por las libertades y la abolición del Antiguo Régimen.

Sí, no puedo evitar mirar hacia el futuro desde el pasado. Como historiadora es mi obligación hacerlo. Mirar al futuro y ver lo que queremos una vez pasado el 12. La Conmemoración de la Constitución de 1812 no debe quedar en 2012, sino que debe suponer una puerta hacia una ciudad diferente, pero sin perder su encanto. Es nuestra obligación -la de todos los gaditanos- no dejarnos llevar por la desilusión y la apatía de lo que será el 2013, sino luchar por nuestra ciudad y por nosotros mismos. Desde la recién creada empresa delDOCE+ queremos aportar nuestro granito de arena para que así sea y, de esta manera, todos juntos, poder aprovechar esta oportunidad que se nos brinda gracias a un pasado esplendoroso. Saber beneficiarnos de las virtudes de Cádiz desde la inteligencia, formando ciudadanos de primera, creando puestos de trabajo de calidad y, en definitiva, estableciendo un motor social, cultural y económico que levante a Cádiz para que el mundo entero la contemple desde la admiración y el respeto.

La esperanza porque el espíritu de Cádiz resurja de sus cenizas -cual Ave Fénix- debe ser nuestra referencia, siendo conscientes de la lucha que ello supone, pero sabiendo que con esfuerzo y trabajo podemos conseguir lo que nos propongamos. Si las profecías mayas no lo evitan, debemos impedir quedarnos mirando el 2012 pasar: es el momento de movimientos, de compromiso porque, al fin y al cabo, nosotros somos los primeros interesados. La ciudadanía -en mayúsculas- tiene muchos derechos, pero también deberes y uno de ellos es ser ciudadanos interesados, conocedores y responsables de su ciudad. Ahí es donde reside la verdadera libertad que en su día comenzó a gestarse con la Constitución de 1812.

Nuestra lucha ahora no es contra Napoleón y su ejército invasor, sino contra el peligro que supone el quedarnos como estábamos. Y la coyuntura que se nos presenta no podría ser más favorable a los gaditanos: un año entero de actos institucionales de primer nivel, de remodelaciones y rehabilitaciones a todas luces. Un año de publicidad al exterior, al mundo. Una oportunidad que muchas ciudades desearían para sí mismas (y más pensando en la situación económica actual). La oportunidad, con letras gigantes de colores estallando -como hicieron en su día las bombas que tiraban los fanfarrones- en el cielo de Cádiz.