Obama elegirá otro juez del Supremo tras la jubilación del liberal Stevens
WASHINGTON. Actualizado: GuardarEn agosto del año pasado los demócratas lograron por primera vez colocar a uno de sus candidatos en el Tribunal Supremo de Estados Unidos desde que en 1994 Bill Clinton nombró a Stephen Breyer. Y además tuvo tintes históricos, pues Sonia Sotomayor se convirtió tras una enconada lucha con los republicanos en la primera mujer hispana en acceder a la más alta magistratura del país. Al presidente Obama se le ofrece ahora la segunda oportunidad. John Paul Stevens, el juez de mayor edad y el más progresista de los nueve magistrados del Supremo, anunció ayer su intención de retirarse once días antes de celebrar su 90 cumpleaños.
John Paul Stevens, designado para el cargo por el presidente Gerald Ford (1974-77), dijo que dejará su puesto cuando acabe el período de sesiones del Tribunal, a finales de junio o principios de julio. El veterano de la Segunda Guerra Mundial expresó su deseo de que su sucesor sea confirmado por el Senado antes del comienzo del período de sesiones del Tribunal Supremo, que arranca en octubre.
«Tras haber concluido que sería en el mejor interés del Tribunal el que mi sucesor esté nombrado y confirmado bastante antes del comienzo del próximo período del tribunal, debo retirarme del servicio regular activo» como juez del Tribunal Supremo, dijo Stevens en una carta enviada al presidente Barack Obama.
Pena de muerte
Las especulaciones sobre la posible partida de Stevens comenzaron a mediados del año pasado, cuando Stevens, que al igual que la mayoría de los jueces contrata a sus asistentes con un año de antelación, indicó que sólo tenía uno para el otoño del 2010, en lugar de los tres o cuatro habituales. El magistrado, segundo de mayor edad en la historia del alto tribunal, se mostró a favor en la década de los 80 de prohibir la pena de muerte para los discapacitados mentales y los menores de 18 años en el momento de cometer el crimen, una visión que acabó imponiéndose. Fue además uno de los primeros en defender los derechos de los homosexuales.
Stevens jugó también un papel clave en cuatro decisiones que rechazaron la política del presidente George W. Bush (2000-2008) en la base estadounidense de Guantánamo (Cuba) y que permitieron que los detenidos allí pudieran solicitar su liberación ante un juez federal de Estados Unidos.
Su partida no alterará el equilibrio de fuerzas en el Supremo, dividido entre cuatro progresistas, cuatro conservadores y un juez bisagra que suele votar con el bando conservador.