El Gobierno cierra un pacto de mínimos
Rajoy denuncia que las medidas propuestas «no sirven para nada» pese a que el PP las apoyará en la próxima votación del Congreso Se declara satisfecho por el apoyo mayoritario a un descafeinado acuerdo anticrisis
MADRID. Actualizado: GuardarNo tendrá el rango ni el ceremonial buscados, pero el Gobierno está «satisfecho» del acuerdo anticrisis, que al final será un compromiso de mínimos que no alcanza las expectativas generadas. En La Moncloa se confía que las seis semanas de negociaciones iniciadas en el palacio de Zurbano y cerradas en los despechos del Ministerio de Economía se traduzcan en un «apoyo unánime» en el Congreso y el Senado al real decreto aprobado hoy con una batería de 31 medidas. Muy distinta es la óptica desde la oposición pues donde el Ejecutivo ve acuerdo, el PP sostiene que sólo hay apoyos a unas iniciativas concretas.
Por primera vez en muchas semanas, no hubo críticas ni emplazamientos de María Teresa Fernández de la Vega tras la reunión del Consejo de Ministros a la actitud del PP respecto al pacto contra la crisis. Es más, agradeció la «actividad constructiva» que han tenido todos los grupos para alcanzar el acuerdo, un reconocimiento en el que incluyó a los populares, pese a la resistencia que mostraron hasta última hora, y a Izquierda Unida, que es la única fuerza que ha anunciado que no respaldará nada del paquete aprobado.
Fernández de la Vega subrayó que ha sido posible «conciliar» los intereses de unos y otros gracias a «la participación de todos» en un esfuerzo colectivo. El Gobierno accedió, en aras de sacar adelante su propuesta, a incluir en el real decreto iniciativas de otros grupos, sobre todo de los nacionalistas. Pero sabe que no es el pacto buscado en un principio, y buena muestra de ello es que José Luis Rodríguez Zapatero no se va a reunir con Mariano Rajoy para 'bendecirlo' y escenificarlo. La vicepresidenta primera admitió que ese encuentro «no está previsto», aunque «puede surgir en cualquier momento». Lo que si vio viable es que mantengan alguna conversación telefónica, de las que suelen mantener con relativa periodicidad aún en los momentos de mayor tensión entre el Gobierno y la oposición.
El problema para cuadrar el círculo del acuerdo fue que nadie quería salir desairado. El Ejecutivo necesitaba a toda costa escenificar algún tipo de consenso contra la crisis y para alcanzar esa meta descafeinó sus pretensiones políticas y se abrió a las propuestas de los nacionalistas. Consiguió así la connivencia crítica de CiU, Esquerra Republicana, Coalición Canaria y Bloque Nacionalista Galego, así como el silencio interpretable del PNV, que sólo desvelará sus cartas cuando el real decreto se vote en el Congreso de los Diputados.
Falta de grandeza
El PP, a su vez, no quería la foto del Gobierno arropado por todos los grupos políticos, pero al mismo tiempo no podía excluirse del acuerdo porque una negativa a sumar esfuerzos contra la crisis sería de difícil comprensión entre la ciudadanía, según admitían en privado dirigentes del partido opositor. Tras días de negativas y descalificaciones a las propuestas gubernamentales, el portavoz de Economía de los populares, Cristóbal Montoro, anunció el jueves su apoyo a algunas de las medidas planteadas. «Es mejor poco que nada», dijo el dirigente del PP para justificar el bandazo.
Mariano Rajoy, no obstante, cultivó ayer la imagen de la distancia. Durante un acto en la localidad cordobesa de Montilla, culpó a Zapatero de que no se haya alcanzado un pacto de Estado, que era la idea primigenia del Gobierno, porque no tuvo «grandeza, coraje, inteligencia y valentía» para sellarlo con reformas estructurales de gran calado. Lo que ha aprobado el Consejo de Ministros, dijo, es «lo anecdótico, el tratamiento paliativo» que no encara el fondo de la crisis. En definitiva, agregó, son «cuatro medidas», que el PP apoyará, pero que «no sirven para nada», salvo para «engordar las listas del paro».
El Gobierno evitó ayer replicar a estas descalificaciones porque tiene el compromiso del partido opositor de apoyar, si no todas, varias de las medidas del real decreto cuando se tramiten en breve en el Congreso de los Diputados por la vía de urgencia. El PP comparte, entre otras propuestas, las reducciones del IVA para determinadas actividades económicas, las deducciones en el IRPF para la rehabilitación de las viviendas y las medidas para agilizar la actividad crediticia para las pequeñas y medianas empresas.
La Moncloa, así las cosas, cree que está cargada de razones para poner al mal tiempo buena cara. No habrá la ansiada 'foto de Zurbano', un remedo de la histórica imagen de los pactos de la Moncloa de 1977, pero los socialistas se dan por satisfechos con el apoyo del PP, una colaboración de la que estaban dispuestos a prescindir como han renunciado a la de IU, y el de los nacionalistas. «La mejor foto será la votación del Parlamento», comentó un portavoz gubernamental porque, dice, se evidenciará la centralidad política del Gobierno.