«Me acosté cuatro veces con ella y tomé cocaína»
La mujer encarcelada en Murcia por abuso de menores llegó a celebrar una ceremonia ficticia de boda con un muchacho
MURCIA. Actualizado: GuardarLa historia es terriblemente escabrosa desde sus orígenes. El trágico arranque tuvo lugar hace unos meses, cuando un vecino de la pedanía murciana de Puente Tocinos, llamado Jesús, falleció en un accidente de moto cuando regresaba desde Murcia capital tras adquirir un trozo de hachís. Llevaba de 'paquete' en la moto a un menor de 14 años, hijo de unos vecinos, que sólo sufrió lesiones.
Fue a partir de entonces cuando la viuda, Maravillas G. B., y el adolescente comenzaron a estrechar sus lazos. La mujer pedía a los padres del chiquillo que dejaran a éste, de 14 años, así como a un hermano de 12 años, pasar largas horas en su domicilio aduciendo que se sentía muy sola.
Las declaraciones prestadas hasta el momento por cinco muchachos en el Juzgado de Instrucción número 6 de Murcia, que coordina la investigación del caso de presunta corrupción y abusos sexuales a menores, así como de inducción al consumo de drogas, han permitido conocer con detalle lo que presuntamente ocurría.
«Desde el accidente de Jesús éramos como novios, aunque ahora ya no lo somos. En el bancal nunca llegamos a tener relaciones sexuales. Antes de que Jesús muriera nunca las tuvimos, y después hemos tenido cuatro veces y siempre en el dormitorio de ella. Eran mis primeras relaciones sexuales». Tal es la forma en que el menor de 14 años explicó el tipo de relaciones que supuestamente mantenía con la mujer, con quien asegura que incluso llegó a celebrar «una boda ficticia».
Sobre el presunto consumo de drogas en esa vivienda, el chico reconoció que una fotografía localizada por la Policía en Tuenti fue tomada en casa de la mujer mientras él y otros tres menores, entre ellos su hermano de 12 años, se fumaban un porro de marihuana que presuntamente les había pasado la sospechosa.
Al ser preguntado si habían consumido cocaína, el menor relató que «la fumaba», además de reconocer que en la cocina de la casa había una bolsita con ese estupefaciente y que en ocasiones consumía de allí. «'E' -otro de los chicos- trajo cocaína cuatro o cinco veces y cada una de esas veces consumí una vez. 'E' le daba la cocaína a Mavi -Maravillas- y ella me la daba a mí». Otro menor de origen marroquí relató que, además de drogas, consumían pornografía en forma de películas, algunas de gran dureza.