El castillo ya toma forma
El recinto sólo estará abierto durante primavera y verano por las duras condiciones climatológicas que soporta el resto del año
CÁDIZ. Actualizado: GuardarLo que antes eran pequeños habitáculos lúgubres, húmedos y oscuros comienzan a parecerse a la futura zona de exposiciones del castillo de San Sebastián. La obra de las casamatas (la zona que está bajo las bóvedas donde se situaba la artillería) es la más complicada de todo el proyecto y por eso es la fase que se eligió para comenzar. Actualmente, la ejecución está a un 45%: ya se ha picado y nivelado el suelo y ahora sólo queda meter las canalizaciones de servicios, enfoscar las paredes y colocar la carpintería de las ventanas.
Estas galerías, situadas al fondo de la avanzada, en la parte más alejada de la ciudad, bordean toda la fortificación y ocupan 6.149 metros (3.152 útiles). La idea es dejar los bloques de piedra ostionera vistos y enfoscar las paredes. Luego habrá que cubrir las ventanas con carpintería y cristales adecuados.
En el costado derecho, irá la zona de restauración: un restaurante y bares y cafeterías (aún está por decidir cuántos). Lógicamente están previstos todos los servicios anexos: la cocina, el almacén para los productos, los accesos separados para el personal, el cuarto de basuras, los aseos y varios comedores.
El resto de las galerías -cada una de unos 30 metros- se dedicarán a exposición: una parte de muestra permanente, cuyo contenido aún está por decidir, y otras salas para exhibiciones temporales. Allí también se ubicarán oficinas y despachos, una pequeña sala de proyecciones, guardarropía, salas de control, distribuidores, recepción, archivo, secretaría, sala de conferencias y un par de módulos para tiendas.
Un gran espacio esquinado, mucho más amplio que las pequeñas galerías, se dedicará a sala de muestras polivalente. Una de las preocupaciones del equipo director ha sido dotar a estos espacios de sistemas efectivos antihumedades.
Sólo con buen tiempo
Lo que está claro ya es que el castillo sólo podrá estar operativo en primavera y verano. Tal vez las primeras semanas del otoño, pero no durante la época más fría. Y para terminar de convencer a los responsables del Consorcio del Bicentenario -que supervisa las obras- ha bastado este invierno, que ha sido «durísimo», en palabras del responsable de la obra. Durante algunas de las tormentas más fuertes, incluso, los trabajadores han tenido problemas para abandonar el castillo, cuando las olas golpeaban con dureza el paseo o incluso cruzaban de lado a lado por el estrecho malecón.
Pese a ello, los responsables de Tragsa están satisfechos con la marcha de los trabajos y mantienen que todo estará listo «antes de marzo de 2012». Porque al mismo tiempo que se trabaja en la zona de exposiciones y restaurantes, también se están llevando a cabo otros trabajos. Uno de ellos es la adecuación de ese paseo que cubre las bóvedas de las casamatas y desde el que se contempla una vista impresionante. Habrá una cubierta vegetal (zona ajardinada) y el resto se dedicará a zona de esparcimiento.
Obreros por cañones
En los lugares en los que hasta hace poco había cañones de los años cincuenta apuntando a la entrada de la Bahía ahora trabajan los obreros para recuperar los sillares de piedra. Ayer mismo, sobre uno de los tramos, uno de ellos limpiaba con una pistola de aire comprimido uno de los bloques. Son cerca de 65 los empleados que actualmente trabajan en esta magna obra. Y lo hacen en un solo turno, porque de momento es lo que se necesita, aunque el presidente del Consorcio, Luis Pizarro, ya advirtió que si es necesario, incluso, se hará en dos y hasta en tres.
Paseando por este balcón marítimo, se pueden ver algunos detalles curiosos, como los círculos en los que se trabaja que recordarán las bases de los cañones. Éstos pesaban tanto que incluso los militares, que han sido los únicos ocupantes del castillo en los últimos siglos, decidieron rellenar con hormigón un tramo de las bóvedas para evitar que se hundieran por el peso de la artillería.