«Hemos encontrado trozos de metralla en la Embajada»

El encargado de negocios de la legación diplomática española, Antonio González-Zavala, explicaba, todavía bajo los efectos de lo sucedido, que «nos podía haber tocado a nosotros. Estaba en mi despacho cuando he visto las ventanas salir disparadas», relataba.

Pese a los muros de protección y las planchas de acero que cubren el edificio que acoge la Embajada, trozos de metralla dejaron grandes rastros en la fachada. «Hemos encontrado partes del coche bomba de unos cuarenta kilos en la azotea y el jardín», agregó González-Zavala. El edificio de la representación española se encuentra en la conocida como zona roja, que a diferencia del área en el que están instaladas las de Estados Unidos, Reino Unido y el Gobierno iraquí no está absolutamente sellada, aunque, como aclara el encargado de negocios, «también es muy segura». Los gobiernos alemán y español se apresuraron a condenar las ataques, pero tampoco olvidaron condolerse con los allegados a las víctimas.