Un soldado iraquí observa los restos del coche bomba que estalló junto a la Embajada iraní en Bagdad. :: AP
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Atentados contra embajadas en Irak

La legación española sufre cuantiosos daños al estallar ante varias representaciones diplomáticas tres coches bomba que dejan más de 40 muertos

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España volvió a estar en primera línea de fuego y por segunda vez en los últimos cinco meses una de sus embajadas sufrió las consecuencias de una acción terrorista. Si el pasado 28 de octubre en Afganistán doce balas impactaron contra la legación en Kabul tras el asalto contra una casa próxima de Naciones Unidas, ayer en Bagdad la misión española sufrió «cuantiosos daños materiales», tal y como informó el Ministerio de Exteriores en un comunicado de pésame hacia las víctimas del triple atentado que sufrió la capital iraquí. En ninguna de las acciones hubo que lamentar daños entre el personal diplomático español.

Tres vehículos bomba, 41 muertos y cerca de 250 heridos. Un resultado sangriento del que nadie se asusta en el país del golfo Pérsico, acostumbrado a la violencia cotidiana desde la invasión y derrocamiento de Sadam Hussein hace siete años. Esta vez el objetivo fueron legaciones diplomáticas en la capital y pese a los muros de cemento y las fuertes medidas de seguridad que protegen la zona, los terroristas lograron enviar al mundo una vez más su mensaje de muerte y destrucción.

«Los ataques son atentados suicidas contra las embajadas de Egipto e Irán», informó al medio día Qasem Ata, portavoz del comando militar de Bagdad. Una tercera explosión se produjo «en una intersección cerca de las representaciones de Alemania y Siria». Fue la que afectó a la legación española, que comparte perímetro de seguridad con la sede germana.

Produjo «un gran susto, ya que la onda expansiva entró por la ventana e hizo volar algunas cosas», señaló a Europa Press el encargado de negocios, Antonio González-Zavala, quien destacó la reacción del equipo de los GEO, que inmediatamente evacuó al personal a una zona segura. Esta tercera explosión también alcanzó a las dependencias del Congreso Nacional Iraquí, partido del ex presidente Ahmad Chalabi, que comunicó a los medios que muchos de sus guardias y empleados se encontraban entre las víctimas.

Aumentar la protección

Las embajadas han elevado sus muros de protección, cerrado las calles adyacentes, blindado puertas y cristales, construido búnkeres y contratado personal de protección local, medidas con las que han aumentado su seguridad, pero se han aislado del ciudadano medio iraquí, para el que acercarse a una legación diplomática extranjera es casi misión imposible. En muchas ocasiones tienen que viajar incluso a países vecinos como Siria o Jordania para pedir un visado, ya que las embajadas sólo tienen un papel representativo en Bagdad.

Hoteles de lujo

La masacre pudo ser aún mayor, pues un cuarto terrorista fue interceptado en el barrio de Masbah cuando conducía otro coche bomba. En este caso, el miliciano radical murió por los disparos de los agentes antes de que pudiera activar los explosivos. La insurgencia ha variado su forma de ataque y en lugar de acciones indiscriminadas ahora es más selectiva en sus objetivos.

En agosto, octubre y diciembre atacó ministerios y edificios oficiales, en enero atentó contra los hoteles de lujo de la capital y ayer contra embajadas. La mejora generalizada en los índices de seguridad a falta de cuatro meses de la salida de las fuerzas de combate estadounidenses ha quedado en entredicho tras un mes de marzo con 367 víctimas a causas de acciones violentas.

En la jornada electoral del 7 de marzo treinta personas perecieron en la capital tras los ataques con morteros de las dos primeras horas de votación y el viernes veinticinco miembros de las milicias del sahwa ('despertar' en suní) y de las fuerzas de seguridad fueron asesinados en la población de Albusaifi, al sur de la capital.

La violencia volvió a eclipsar el proceso de negociación abierto entre las fuerzas políticas tras la reciente cita con las urnas de la que salió ganadora la coalición Iraqiya del ex primer ministro, Iyad Allawi. A falta de tres semanas para que se cumpla el plazo marcado por la ley para la formación de un nuevo Gobierno, si Allawi no es capaz de lograrlo será Nuri al-Maliki, líder de la segunda fuerza más votada, Estado de Derecho, y actual primer ministro, quien tenga la responsabilidad de acabar con el vacío de poder actual.

La región norteña tampoco estuvo libre ayer de violencia después de que al menos tres personas murieran y cuarenta resultaran heridas al estallar un coche bomba en la ciudad de Mosul.