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Unas fiestas tradicionales con mucha historia

ARCOS. Actualizado: Guardar
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La suelta de toros por las calles de los municipios es un tema que a menudo suele crear bastante polémica y se encuentra con muchos detractores que piden que esta práctica sea desterrada. A favor de estas fiestas se encuentran la tradición, el apoyo de la gente y el importante volumen de negocio que, en las mismas, se genera tanto para restaurantes y bares como para hoteles. En su contra, los argumentos que ponen encima de la mesa las protectoras de animales que consideran que esta no es una práctica propia del siglo XXI.

Uno de los que cuenta con mayor historia en la provincia es el Toro del Aleluya de Arcos. El mismo, según consta en los archivos municipales, tiene su origen en el año 1867 aunque no es hasta las décadas de los setenta y los ochenta cuando comienza a tomar el esplendor de que goza actualmente y a configurarse como la celebración que es hoy en día. Una fiesta que no sólo goza de prestigio dentro de la localidad sino que es apreciada por aficionados de otros puntos de España e incluso del extranjero. No obstante, era más habitual hace una década ver por la zona a aficionados de otros países, fundamentalmente de Estados Unidos.

El origen de la fiesta arcense, así como en la mayoría de este tipo que se celebran en Andalucía, se encuentra en el traslado tradicional de ganado que se llevaba a cabo. En esta localidad los ganaderos se veían obligados a llevar a los animales a pie hasta el núcleo urbano, donde se encontraba el matadero municipal. En concreto, los toros entraban por la zona del Barrio Bajo y eran conducidos por el Casco Antiguo hasta este lugar donde eran sacrificados para aprovechar su carne.

Una fiesta y una excusa

Del traslado de animales se ha convertido en una celebración en la que los vecinos de la localidad y miles de visitantes usan los encierros como excusa para pasar un día festivo. No obstante, también hay un grupo numeroso de vecinos que utilizan este día festivo, tradicionalmente, para pasar una jornada de campo donde descansar y relajarse al margen que una fiesta tan multitudinaria como la del Toro del Aleluya ocasiona en la localidad.

La fiesta actual sufrió un cambio importante en el año 1995 que ha influido en lo que la misma es a día de hoy. En concreto, se quitó el recorrido por el Casco Antiguo y se optó por la colocación de un vallado de seguridad en la zona de la Corredera. Antes de que el mismo se instalara las posibilidades de ver los astados sin participar en el encierro se reducían a coger uno de los escasos sitios que hay en los barrancos que se encuentran en el recorrido o divisarlo desde un balcón o terraza. El vallado ha provocado que muchas más personas puedan disfrutar de los toros con seguridad y eso ha provocado un aumento importante del número de personas que se suman a la fiesta edición tras edición.