Todo tiene su fin, hasta la Semana Santa

La cofradía de la Borriquita ya tiene incluso los pasos desmontados. Los palcos han desaparecido de la Carrera Oficial. Las mayordomías comienzan ahora la dura tarea de desmontar lo montado, de desvestir a sus imágenes, de devolver a las casas de hermandad el patrimonio y la tranquilidad perdidas durante este último mes. Ha terminado la Semana Santa, y lo ha hecho gracias a una jornada de Viernes Santo espectacular, inigualable. Grandes cofradías, enormes cuadrillas, cuidados cortejos para una jornada que volvió a estar marcada por la incertidumbre de los pasos de la Piedad, que estuvieron a punto de quedarse en la Santa Iglesia Catedral. Y una Madrugá fría, gélida, y gris, muy gris, con las cinco cofradías haciendo lo posible por remontar el vuelo de un día que está condenado al ostracismo a menos de que alguien tome alguna decisión drástica.