Contra la miopía política, sabiduría ciudadana
COORDINADOR DE COMUNICACIÓN DE LA PLATAFORMA SALVAR EL PLAMAR (PELP!) Actualizado: GuardarEs tremendo que haya políticos -especialmente si esos políticos dicen llamarse de izquierdas o progresistas- que sigan defendiendo medidas anticuadas, rancias y propias de una época que ya no corresponde. Y deja de ser tremendo para convertirse en gravísimo, si esas medidas no tienen reversibilidad, quedándose en el lote de «Esto es lo que hay» para las futuras generaciones.
Nos estamos refiriendo a decisiones como la que ha tomado el Ayuntamiento de Vejer , apoyado pública y activamente por la Junta de Andalucía, de construir un resort hotelero -el más grande de la Costa de la Luz- en la playa de El Palmar. O lo que es lo mismo: un macrocomplejo con dos apartahoteles de más de 600 habitaciones, y pulserita en mano, en una de pocas playas vírgenes que nos quedan en nuestro país.
Cuando todos los ciudadanos hemos comprendido el enorme error que hemos cometido los españoles de apostar todo nuestro crecimiento al ladrillo... cuando todos estamos descubriendo lo diezmadas que han quedado nuestras costas bajo el peso de un modelo urbanístico y de turismo que las ha uniformizado y las ha convertido en una aburrida sucesión de «más de lo mismo».... cuando, por fin, estamos ya dispuestos a dar la bienvenida unos nuevos tiempos con las lecciones bien aprendidas... nos sale un alcalde del PSOE, (el PP también le apoyó) respaldado por los más altos consejeros de la Junta de Andalucía, sacando un conejo de la chistera que, solemnemente, va a traer el futuro, la riqueza y el empleo a toda la comarca. ¡Oh!
De nada sirve que, en apenas cuatro meses, más 50.000 personas se hayan movilizado en las redes sociales para detener esa barbaridad.... De nada sirven los llamamientos de los expertos en turismo para hacer frente al cambio de escenario, «evitando cualquier recreación nostálgica de viejos tiempos y modelos que ya no volverán».... De nada sirve que la Unión Europea nos exiga, cada vez con la voz más alta, que apliquemos en nuestras costas el modelo de turismo sostenible, sensible y responsable hacia el que soplan los nuevos tiempos y la sensatez política... De nada sirve, simplemente, mirar a tu alrededor y darte cuenta que, lo que vende hoy en día, son los pocos lugares que nos quedan que conservan su sabor genuino, rural y virginal, sin masificaciones hoteleras ni macroproyectos delirantes. ¿Cuál es la magia precisamente de El Palmar, de Caños de Meca, de Bolonia o de Tarifa? ¿No es acaso un pequeño paraíso de costa, único e irrepetible, que podría convertirse en un ejemplo de vanguardia turística, que despertaría la admiración en toda Europa y que crearía seguramente muchas más riqueza y empleo de lo que sueñan estos políticos de mente estrecha?
Señores, nos quedan 55 kilómetros de playa virgen en Cádiz, y no son muchos más los que quedan en el resto del país. Exijamos ahora, alto y claro, el desarrollo de un nuevo modelo de turismo, innovador, creativo y respetuoso con el medio, en lo poco que aún conserva su sabor y que es exclusivo patrimonio de todos. Gritemos hoy más que nunca el «no pasarán» a todos esos políticos que, por falta de ideas o por intereses quizás aún más oscuros, se han vuelto anacrónicos y peligrosos para las generaciones futuras. Es indispensable que la sabiduría ciudadana, si no se saben comportar, les ponga en su lugar. Porque si siguen en su ciego empeño, no hay vuelta atrás: lo perderemos para siempre.