El mundo tiende una mano generosa para reconstruir Haití
La conferencia de donantes de la ONU logra 2.800 millones para levantar un nuevo país tras el terremoto
NUEVA YORK. Actualizado: GuardarObjetivo cumplido. El mundo abrió ayer la chequera y puso sobre la mesa los 3.800 millones de dólares -2.812 millones de euros- que Haití ha pedido para los primeros dieciocho meses de su reconstrucción, e incluso los sobrepasó. El fin es ambicioso, reinventar el país y sacarlo de la miseria africana erradicada en el resto de Occidente, pero como recordó Bill Clinton, quedan misiones acuciantes de vida y muerte: «Todavía tenemos que trasladar antes de que empiece la temporada de lluvias a entre 20.000 y 40.000 personas en peligro de ahogarse».
Ni siquiera hablaba de construirles un techo, sólo de sacarlos de los campamentos que han improvisado en laderas por las que pronto rodarán caudales de agua, con el inminente peligro de corrimientos de tierra. Más de un millón de haitianos que han perdido sus casas se hacinan en 460 asentamientos, surgidos de la noche a la mañana tras el devastador terremoto del 12 de enero, en el que perecieron 300.000 personas. Muchas de ellas siguen aún bajo los escombros. Algunos tienen más de 50.000 personas en torno a unas cuantas letrinas. Las epidemias se ceban con los niños, y la violencia sexual, en las mujeres desamparadas que tienen que desnudarse a la vista de todos.
Y he aquí que el mundo prefiere soñar con un nuevo Haití. Ése que dibujó ayer en abstracto el Gobierno de René Preval, un presidente al que le queda un año de mandato, frente a un proyecto que se financia a diez. Poner 11.500 millones de dólares -8.500 millones de euros- en manos del cuarto país más corrupto del planeta, según la organización Transparency International, no puede ser sólo un voto de confianza.
Si en la década de los ochenta Jean-Claude Duvalier dilapidó la ayuda internacional, en la de los noventa las más de 10.000 ONG que operan ahora en 'la República de las ONG' tampoco han dejado un impacto duradero. La nueva estrategia consistirá en reforzar las estructuras de gobierno para que éste sea el dueño de su futuro sin que se les esfumen los fondos.
«De forma diferente»
«La comunidad internacional tiene que actuar de forma diferente», advirtió la secretaria de Estado, Hillary Clinton, consciente de los retos que presentará esta fórmula. «Será tentador saltarse al Gobierno en vez de ser sus socios o financiar un abanico de proyectos salpicados, en vez de hacer las inversiones profundas a largo plazo que Haití necesita. Pero no podemos replegarnos a las estrategias fallidas».
España, como el primer donante de Haití en la Unión Europea y tercero a nivel mundial, ha decidido apoyar la fórmula estadounidense con la creación de un Comité Interino para la Reconstrucción que supervise la coordinación, transparencia y efectividad de la ayuda. «Habrá un antes y un después del terremoto de Haití en la cooperación internacional», prometió la vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega al ofrecer 346 millones de euros para la fase de reconstrucción, además de los 70 ya entregados como ayuda de emergencia y los 37 que tenía previsto para este año como ayuda bilateral.
Con esos fondos, la Unión Europea se convierte en el segundo mayor donante después de Venezuela, y ambos por encima de Estados Unidos, que ha comprometido 1.151 millones de dólares (850 millones de euros). El país norteamericano, vecino y antiguo invasor de Haití, aporta un capital humano sin precedentes de la mano del matrimonio Clinton, que ayer flanqueaba al secretario general de la ONU y al presidente haitiano. Ella, en su categoría de canciller del país anfitrión y él como enviado especial de la ONU para Haití, y ahora copresidente de la Comisión Interina de Recuperación, a petición de Preval.