La Policía Local recrudece la huelga

Decepcionados y engañados. Así se sienten los representantes del Sindicato Independiente de la Policía Local (SIP) después de que la alcaldesa, Pilar Sánchez, decidiera no ratificar ayer el acuerdo alcanzado la noche del martes entre la plantilla y la delegada de Seguridad, María del Carmen Martínez, tras seis horas de negociaciones. La consecuencia directa recae, una vez más, sobre los ciudadanos y desde el sindicato hacen un llamamiento: «Pedimos por favor que no estacionen sus coches incorrectamente porque van a ser denunciados», dijeron.

Así, los policías van a recrudecer aún más su estricta vigilancia de la ley multando todos los comportamientos irregulares sin excepción, es decir, protagonizando una huelga 'a la japonesa'. De hecho, más de uno ha encontrado ya esta Semana Santa una multa en el parabrisas del coche que había dejado aparcado en la mediana de la Avenida confiando en que, como otros años, se hacía la vista gorda «Que sea Semana Santa no exime del cumplimiento de la Ley. Queremos que se sepa que la Policía Local tiene un conflicto colectivo originado por la incompetencia, prepotencia y falta de rigor de la alcaldesa», explicaron ayer desde el SIP Alfonso Lozano y José María Tundidor.

«Sentimos pena por María del Carmen Martínez porque ha intentado poner soluciones sobre la mesa. Pero ya no podemos considerarla una interlocutora válida para nuestras negociaciones porque la alcaldesa la ha desacreditado», aseguraron. El acuerdo alcanzado el martes entre la responsable de Seguridad y la plantilla se limitaba solamente a mejoras en el cuadro horario relacionadas con los turnos de vacaciones, las libranzas en Navidad y la equiparación de las jornadas diurnas y nocturnas. «No es el mejor acuerdo para nosotros pero queríamos darle salida al conflicto. No se trata de dinero», dijeron además.

Varios enfrentamientos

Los representantes del sindicato destacaron varios frentes abiertos en este conflicto laboral. Por un lado, «un vacío de poder en el Ayuntamiento y un claro distanciamiento entre la delegada de Recursos, Ainhoa Gil, que no ha querido saber nada del acuerdo, y la alcaldesa». Por otro lado, existe un enfrentamiento entre los mandos de la Policía y los agentes: «El jefe presiona para que no se cumpla con la obligación de sancionar infracciones. Incluso han desviado servicios de grúa a otra parte para que no podamos retirar coches mal aparcados», dijeron.

Los que sí están unidos, según el Sindicato Independiente de la Policía, son los trabajadores: «Estamos más unidos que nunca y muy cabreados», dijeron, ya que agentes que pertenecen a otros sindicatos o que no están afiliados a ninguno se están sumando a la iniciativa 'a la japonesa'. «Solemos recibir directrices políticas para no sancionar pero si fuera por nosotros, nadie aparcaría mal. Es lo que deberíamos hacer siempre», continuaron desde esta organización sindical mayoritaria (210 afiliados de 300 trabajadores).

A por los infractores

«No vamos contra todos los ciudadanos sino contra los infractores. Este tipo de protesta es la que nos da más resultados. Si no podemos hacer huelga o vestirnos de romanos, que nos digan de qué manera podemos protestar», aseguraron. Además, indicaron que «en todos los conflictos son los ciudadanos los que acaban siendo los perjudicados, como en el caso de los autobuses, por ejemplo». Desde el SIP apuntaron además que «si tienen pensamiento de quitar alguna denuncia, nuestra asesoría jurídica está estudiando la situación por si pudieran darse casos de prevaricación».

Además de responsabilizar directamente a la alcaldesa del considerable aumento de multas de estos días festivos, los representantes de los agentes de la Policía Local advirtieron que, si no hay ninguna solución, «la primavera va a ser calentita, sobre todo, el fin de semana de la Motorada y la Feria. Vamos a tener la misma manía de cumplir con las normas y los políticos también beben Tío Pepe».

Un jerezano que había sido multado pedía ayer de forma anónima que «no seamos nosotros los que paguemos el precio del desacuerdo entre un sindicato y el Ayuntamiento. No tenemos la culpa».