
El terrorismo sobrepasa al Kremlin
La Policía continúa buscando a dos mujeres de apariencia eslava y a un hombre que acompañaban a las terroristas suicidas
MOSCÚ. Actualizado: GuardarPara tapar los agujeros en el sistema de seguridad que han hecho posible que los terroristas logren golpear otra vez el corazón de Moscú, el Kremlin avanzó ayer la inminente aprobación de un paquete de medidas que incluirán cambios en la legislación antiterrorista, ayudas para el desarrollo económico del Cáucaso Norte y el posible restablecimiento de la pena de muerte para delitos de terrorismo.
El anuncio, con el que los dirigentes rusos pretenden tranquilizar a una atemorizada y crispada población, ha coincidido con la jornada de luto. Centenares de moscovitas bajaron ayer a las estaciones de metro de Lubianka y Park Kulturi para depositar flores y velas. Allí fue donde el lunes dos mujeres detonaron en plena hora punta las cargas explosivas que portaban. La Policía busca incesantemente a otras dos de apariencia eslava y a un hombre con barba que, según las grabaciones de las cámaras de seguridad, acompañaban a las suicidas ('viudas negras') minutos antes de perpetrar los atentados.
«Sabemos que se esconden en el lodo, pero es una cuestión de honor para los servicios de seguridad sacarles del fondo de las cloacas para que Dios los vea», declaró ayer el primer ministro, Vladímir Putin, durante una reunión ministerial dedicada a la seguridad vial.
Localizar a los 'instructores'
Encontrar a los probables 'instructores' de las dos jóvenes terroristas que se inmolaron en el metro moscovita es prácticamente la única forma de llegar con relativa rapidez al final de la cadena y averiguar quién exactamente está tras la matanza. Fuentes policiales, no obstante, aseguran que la identificación de las 'viudas negras' es posible, ya que entre los fragmentos recuperados de sus cadáveres, están las cabezas completas.
El presidente, Dmitri Medvédev, dijo ayer durante una reunión en el Kremlin que «hay que prestar más atención al perfeccionamiento de las leyes para la prevención del terrorismo, incluida la normativa que regula la actividad de las diferentes estructuras que investigan los crímenes». En su opinión, deben además revisarse determinadas condenas dictadas de forma incorrecta o fraudulenta. El diario ruso 'Kommersant' afirmaba en un artículo de su edición de ayer que los servicios secretos y la Policía habían sido alertados de la preparación de los atentados del lunes en el metro. Aunque se desplegó un complejo dispositivo de vigilancia, se comprobaron documentaciones y se registraron los bolsos de muchas mujeres con fisonomía sureña, no se pudo evitar la tragedia. La negligencia y la corrupción en el seno de las fuerzas del orden han facilitado a los terroristas en muchas ocasiones su labor. Los secuestros en el teatro Dubrovka de Moscú, en octubre de 2002, y en la escuela de Beslán, en septiembre de 2004, fueron posibles porque nadie detuvo ni comprobó los vehículos en los que los terroristas se trasladaron.
Ayudas al Cáucaso Norte
Otra cosa que Medvédev propuso ayer, no por primera vez, es mejorar las condiciones de vida en el Cáucaso Norte mediante ayudas para potenciar la economía en la zona. El mandatario ya se ha pronunciado otras veces en el mismo sentido. Dice estar convencido de que la pobreza es un caldo de cultivo ideal para que germine la violencia y el fanatismo. Sobre el terreno, hay ya un enviado del Kremlin, Alexánder Jloponin, con la misión de diseñar una «estrategia integral» para lograr la «estabilidad social y económica» en toda la región.
Al mismo tiempo, ayer, la comisión de Justicia del Consejo de la Federación (Senado), dirigida por Anatoli Liskov, se puso a estudiar la posibilidad de reimplantar la pena de muerte. Liskov considera necesario que los crímenes de terrorismo deben recibir el castigo más severo. En contra de tal medida están no sólo las organizaciones de defensa de los derechos humanos, sino también la Iglesia ortodoxa. La pena capital no ha desaparecido aún del código penal, pero no se aplica debido a una moratoria vigente desde 1996, cuando Rusia ingresó en el Consejo de Europa.