
El conflicto de matriculación de los colegios concertados se extiende a los públicos
Las familias que asumen que no entrarán en el centro que les gustaría buscan una plaza segura y de calidad en la pública
CÁDIZ. Actualizado: GuardarHoy finaliza el plazo de escolarización y ya se sabe que este curso tampoco será una balsa de aceite para los comités de baremación de cada centro, al menos de los colegios más deseados. Los más demandados siguen manteniendo más solicitudes de matrícula que plazas y el arreglo de la Junta para propiciar que los hermanos estudien en el mismo centro (por el que se otorga este año la puntuación máxima, trece puntos, a quienes tengan a un hermano en el centro escogido) no solucionará el problema del reparto de alumnos por el mapa escolar.
Este año las familias, tras la oleada de demandas de la primavera pasada, han querido asegurarse una plaza en un colegio de su gusto. De ahí que en colegios muy demandados se han recibido muchas llamadas de padres preguntando si tenían posibilidades de entrar en el centro «y como no se les puede asegurar, muchos han optado por solicitar plaza en otros centros», como explicó el director del colegio San Felipe Neri, Javier Anso. La apertura de colegios públicos en El Puerto o la buena fama de centros como el Reyes Católicos en la capital está propiciando que crezca la demanda en centros de titularidad pública, que se ven colapsados por muchas más solicitudes de matrícula que plazas ofertadas. Éste es el caso también del colegio de Camposoto, en San Fernando, o de los centros de Jerez Este, ubicados todos en zonas de expansión demográfica, con población joven.
Cádiz Tantean el terreno
En el caso de la capital, el temor a verse envuelto en una denuncia por falsear los datos de empadronamiento ha llevado a muchas familias a replantearse la primera opción para sus hijos y la demanda se extiende, desde los concertados que siempre fueron muy solicitados (como San Felipe Neri) hacia otros públicos con muy buena fama, como el Reyes Católicos, el Carlos III o el Carola Ribed.
En el colegio público Reyes Católicos, donde se ofertaron el año pasado dos líneas de Infantil (que se traducen en 50 plazas), se han formalizado unas 70 solicitudes de matrícula, un número similar al del año pasado. La diferencia es que en el curso anterior, para cubrir la demanda, Educación pasó una clase del Gadir (otro público con menos demanda) al Reyes Católicos y entraron 25 niños más al centro de la Avenida. «Pudieron acceder al colegio, no sólo los 70 que habían solicitado entrar, sino otros cinco más», explicó el secretario de la Ampa de Reyes Católicos, David Cifredo. Pero en esta ocasión ya no hay capacidad física para albergar otra línea de Infantil, con lo que muchos niños quedarán fuera de esta oferta educativa pública. Algo similar ocurrirá en el Carolo Ribedey en el Carlos III, donde cada vez hay más demanda.
El Puerto Los públicos ganan terreno
Colegios como los concertados San Luis Gonzaga, Luisa de Marillac, Las Esclavas, Sagrado Corazón de Las Carmelitas y el centro público Marqués de Santa Cruz, han sido los que tradicionalmente han captado una demanda de plazas que ha superado con creces la oferta. Algunos, como el San Luis, mantienen esta tónica por ofrecer formación hasta el Bachillerato e incluso Formación Profesional. Otros han nivelado su oferta de escolarización por la presencia de centros nuevos. Es el caso del Marqués, en la Zona Sur, tras la apertura del colegio público Costa Oeste, que el año pasado tuvo más solicitudes que plazas. Se trata de colegios ubicados en entornos residenciales con un intenso crecimiento demográfico.
Todo apunta a que la tendencia general de preferir los centros concertados se está compensando por la apertura de nuevos colegios públicos. «La oferta de los centros concertados es copada por padres que tienen muy claro la educación que quieren para sus hijos, sobre todo a nivel confesional», explicó el presidente de la Federación Local de Asociaciones de Madres y Padres de Alumnos, Eladio Vázquez, quien resaltó que hoy por hoy la balanza también se inclina en función de la oferta de cada centro: comedor, aula matinal, actividades extra escolares, entre otras.
San Fernando Saturación en Camposoto
En San Fernando los problemas de matriculación desde hace varios años se centran en la misma zona. La expansión y crecimiento de Camposoto desborda los equipamientos escolares. Y eso que hace tan sólo un año que se inauguró un nuevo colegio en la zona, que sigue siendo insuficiente para las necesidades de la población. Un grupo de padres creó una plataforma para exigir soluciones debido a que ante la falta de plazas los niños tienen que ser reubicados en otros centros lejos de sus domicilios, como es el caso del centro de La Ardila. Educación ha aceptado una nueva parcela en Camposoto para la creación de un centro educativo, cuyo plazo de ejecución supera los 18 meses, aunque primero debe sortear los trámites para la cesión del suelo. Mientras tanto los padres piden que como alternativa se utilicen las aulas de primaria, que permanecen vacías, del centro inaugurado en este curso. «Nos han citado para cuando acabe el periodo de matriculación y darnos una solución. Pero eso es tarde para nosotros», apuntó la representante de madres y padres, Cristina Cueto.
Chiclana La Barrosa, más deseado
Los problemas en el colegio público La Barrosa, el último centro educativo público construido en Chiclana, vuelven a repetirse. Casi el doble de solicitudes que plazas para niños de tres años, 144 por 72. Las familias consideran que el centro distribuye de forma poco adecuada sus plazas. Ya al comienzo del presente curso los problemas con las listas hicieron incluso que un grupo de padres se movilizaran pidiendo a la delegación provincial de Educación medidas concretas. Las causas de que este centro tenga una demanda superior a la oferta es que es el único colegio de infantil y primaria gestionado por la administración autonómica en toda la zona costera de Chiclana. Además, La Barrosa absorbió parte de los alumnos que se trasladaban a diario a otros colegios como el Al-Andalus o el Atlántida.
Jerez de la Frontera Concertados abarrotados
Colegios como La Salle-Buen Pastor, la Compañía de María o El Cuco (entre los concertados) y La Marquesa, El Cervantes o El Membrillar, entre los públicos, son algunos de los centros que tendrán que baremar las solicitudes que han recibido para las aulas de niños de tres años. Este año, las familias han esperado hasta la última semana (y muchas de ellas, hasta el último día) para presentar sus documentos con la intención de tantear el terreno y terminar de decidirse por un colegio u otro en función de cómo marchara el proceso. Todo sea por conseguir la plaza deseada. En el caso, por ejemplo, de La Compañía de María que, antes del recuento del último día de plazo, había superado las 90 peticiones para sus 75 plazas. Por otra parte, los centros lasalalianos (Buen Pastor, San José y Sagrado Corazón-Mundo Nuevo) también han completado ya su cupo «de largo» y tendrán que dejar a alumnos sin plaza.
El colegio público de La Marquesa ha recibido, a falta del último día, 77 solicitudes para sus 75 plazas por lo que, un año más, tendrá que baremar. Este centro tuvo que sumar un aula más dada la demanda existente en la zona, una de las de mayor crecimiento demográfico de la ciudad. El Membrillar, en San José Obrero, que funciona desde hace dos años, albergará sus dos cursos de Infantil y dos líneas más pertenecientes al futuro centro educativo que se construirá en las inmediaciones de la avenida Juan Carlos I.