Clemente en la Fórmula Uno
En Melbourne se habló de la posibilidad de regar los diferentes circuitos para favorecer el espectáculo y la diversión en la competición La táctica empleada por el técnico vasco se podría extrapolar al automovilismo
MELBOURNE. Actualizado: GuardarAcabó la carrera de Bahréin hace quince días y en McLaren y Mercedes se habló de una abstracción. Se deslizó el mensaje en clave: aburrimiento. De repente se pensó en el aficionado a las carreras como si ese, y no el dinero, fuese el motor de acción que impulsa el mundillo. Terminó el Gran Premio en Australia y en cada rueda de prensa se calzó una pregunta sobre el particular: la diversión que había procurado la lluvia.
Llegó extenuado Fernando Alonso a la meta y al bajarse del coche, su primer pensamiento giró en esa dirección. «Y luego decían que la Fórmula 1 era aburrida». Una postura más que añadir a la cadena de circunloquios que ha flotado en el ambiente durante todo el fin de semana. El propio Alonso dijo nada más aterrizar en Australia a preguntas de los periodistas sobre el particular que «quien quiera entretenimiento que vaya al Circo del Sol».
Los puristas aleccionan sobre los inconvenientes y los gigantes del automóvil aportan tantos millones que no quieren ni oír hablar de otra cosa que no sea el rendimiento a sus inversiones, pero lo cierto es que la lluvia proporciona carreras inolvidables. Más de uno se preguntó en Melbourne si no habría que regar los circuitos como Javier Clemente rociaba San Mamés en el comienzo de su leyenda como entrenador. «Había mucha acción en la pista y espero que no se debiese solamente a las condiciones del tiempo -explicó el ganador en Melbourne, Jenson Button-. Espero que podamos disfrutar de muchas carreras como ésta porque se trata del camino a seguir. Es lo que amamos toda la gente que estamos en el automovilismo. Habrá otras que no puedan ser siempre así, pero es la vía. No todos los partidos de fútbol que vemos por la tele nos divierten». Los pilotos no son favorables a distorsionar el decreto de la naturaleza. Si llueve, bien. Y si no, también. La única posibilidad de interferir en la elección sobre los neumáticos lisos o rayados la tienen las nubes, según ellos. «Cada uno tiene sus intereses y en Bahréin fue una carrera de técnica y precisión -comentó Fernando Alonso-. Es innegable que con la lluvia, las carreras son divertidas, pero también son una lotería. Lo que no vamos a hacer es poner aspersores en las curvas para que esté siempre mojado».
Hace años que en la Fórmula 1 especulan con estas ideas. También hace tiempo que Michelín llenaba camiones de agua y la esparcía por el asfalto del Circuito de Jerez para simular condiciones de lluvia y favorecer así los entrenamientos de pilotos y coches con neumáticos estriados.
Aunque opiniones hay para todos los gustos. Adrián Campos, fundador del Hispania y ex piloto de Fórmula 1, apunta: «Bernie Ecclestone tendría que mojar los circuitos. Ya sé que sería desvirtuar las carreras, pero la Fórmula 1 se administraría en favor del propio espectáculo».