Editorial

La megalomanía de Matas

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El relato de las infracciones que presuntamente y según la Fiscalía cometió el ex presidente del Gobierno balear, Jaume Matas, durante su segundo mandato (2003-2007) pone de manifiesto una enfermiza concepción del poder político, que dio lugar a onerosos abusos con cargo al contribuyente, de los que el personaje ahora investigado obtuvo supuestamente un fastuoso enriquecimiento, que mostró con alarde como si no fuera consciente de que, en democracia, los servidores públicos tienen que rendir cuentas rigurosas de su gestión. La megalomanía de Matas, que produjo aparentemente una grave relajación ética en todo su entorno, tiene escaso o nulo calado ideológico: simplemente, revela una grave pérdida de principios morales que de hecho ha invadido también otros muchos ámbitos de la política balear, toda ella enmarañada en un magma de grave corrupción. Así las cosas, y con independencia de que Matas sea definitivamente apartado de su militancia por el PP, los dos grandes partidos estatales tienen la obligación de hacer seria y estricta pedagogía. Porque han de convencer a la atónita e indignada opinión pública de las Islas de que ellos son los primeros interesados en que no haya impunidad para quienes han malversado con tan abyecto cinismo, en éste y en otros casos, el dinero de todos.