Más crisis

A estas alturas, y en plena crisis, aflora un nuevo pastelón. Ello pone de manifiesto la nula capacidad de gestión y la pérdida de credibilidad de nuestros políticos. Tenemos sobre la mesa la mayor tasa de paro de la historia, la mayor bolsa de pobreza, hemos perdido posiciones en Europa, ocupamos el honroso puesto de 'vagón de cola', a punto de desengancharse, hemos alcanzado unos niveles de insostenibilidad muy alarmantes, y aún siguen pidiendo calma al pueblo. Claro que todo ello no parece importar demasiado a los políticos al tener asegurados sus honorarios y una pensión vitalicia que muchos quisieran. De aquí a poco dará comienzo una nueva campaña, no sé si electoral o campal, en la que harán alarde de lo que mejor saben hacer: mentir, insultar, acusar y un sinfín de despropósitos, y en la que transmitirán al pueblo su crispación y hastío. En este país sobran casi todos los políticos. Necesitamos personas de probada honradez, dispuestas a gobernar desde la independencia, no sujetas a siglas, disciplinas o intereses de partidos políticos.