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El aval pone difícil el alquiler
La capital sigue entre las localidades más demandadas de la provincia pese a que tiene las viviendas más caras y antiguasLos propietarios exigen más requisitos a los inquilinos por el aumento del paro
CÁDIZ. Actualizado: GuardarChica joven, con trabajo fijo, busca piso en Cádiz. No más de 500 euros al mes. Si el primer impulso es lanzarse a recopilar números de teléfono de los carteles de alquiler o rastrear los portales inmobiliarios en busca de la vivienda ideal, el tiempo se eterniza. Si se recurre a una inmobiliaria la espera es menor, pero hay que pagar el peaje de una mensualidad. Elija lo que elija, si quiere arrendar una vivienda en la capital el precio medio no baja de los 600 euros en el mejor de los casos. La falta de terreno se paga cara.
En el resto de municipios de la Bahía, el coste oscila entre los 400 y los 600, dependiendo de las zonas, según los precios que baraja la web especializada en el sector pisos.com. Una vez decidido el inmueble, hay que negociar con el propietario, que empieza pidiendo la nómina y, cada vez más, la firma de un avalista e incluso aval bancario. El ascenso del paro y la mala situación económica aumenta la desconfianza de los arrendatarios. El negocio del alquiler se resiente poco con la crisis, pero la inseguridad aumenta.
Desde la inmobiliaria Urbanitas se asegura que si el precio es bueno, el inmueble se alquila solo, pero «en la capital hay una bolsa de viviendas muy antiguas a las que cuesta dar salida», explican.
A pesar de eso, los propietarios quieren seguridad. «Proponen contratos por temporadas o piden varias mensualidades por adelantado como fianza, avales bancarios o el compromiso de otra persona a hacerse cargo del pago si el titular del contrato no cumple», relata una agente de Urbanitas.
El perfecto inquilino
¿Qué tipo de inquilino buscan los dueños? Fundamentalmente parejas jóvenes con trabajo fijo. Eso les da estabilidad. Cuando el interesado no convence, comienzan a aumentar las exigencias y tal como está la situación, se empieza a convertir en una tónica. Lo que hace unos años era casi anecdótico se empieza a extender. Se trata del aval bancario, un contrato público que se firma ante notario con la entidad, donde el cliente tiene que depositar una cantidad y ha de pagar por ese trámite. Eso da seguridad al dueño de la vivienda de que podrá cobrar si ocurre cualquier incidencia en el pago.
Resulta curioso el caso de la capital, donde el volumen de negocio no cesa, a pesar de los condicionamientos. «No se alquila a precios de crisis y menos en Cádiz», considera Gabriel Sanabria, propietario de la Fersa Inmobiliaria. Desde hace varios años presta servicio en El Puerto, donde se ha convertido en una referencia y asegura que cada vez aparecen más modalidades de alquiler. «La costa tiene esas particularidades, que puedes contratar por temporadas aprovechando el filón del verano». El empresario resalta que la primera opción de los propietarios suele ser alquilar por años, pero si el inmueble se queda libre para la época estival, prefieren esperar para aprovechar el momento. A partir de octubre es la mejor época para encontrar la vivienda que se desea. Un consejo: «si tiene prisa y quiere buenos precios, lo mejor es optar por un piso sin muebles, hay mayor diversidad», recomienda Gabriel Sanabria.
Concha Zarzuela, socia de la inmobiliaria Puerta Tierra reconoce que los propietarios están más temerosos, pero, en su caso, no se ha detectado un aumento de impagos. «Nosotros le damos salida a una media de seis o siete pisos al mes, pero eso aumenta en verano», reconoce. A pesar de las dificultades generales, la responsable de la agencia resalta que si el inquilino resulta de confianza, sólo basta la nómina.