SOMOS DOSCIENTOS MIL

MÁS FIESTAS, POR FAVOR

Es la única forma para que la ciudad brille y se arreglen los desperfectos en las calles

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Aprovecho que hoy es Domingo de Ramos, pues viene como anillo al dedo el contenido reivindicativo de la presente columna. Si ya fuera poco con la Navidad, la fiesta de San Antón, la Semana Santa, el Mundial de Motociclismo, la Feria del Caballo, el Rocío, el Corpus Christi, las Fiestas de Otoño o de la Vendimia (según se levante cada año el Concejal responsable), el día de nuestra Patrona, el del Patrón y restantes celebraciones festivas del calendario de la ciudad, debo utilizar estas líneas para reivindicar que, de forma urgente, nuestro Ayuntamiento apruebe un calendario que, junto a las anteriores, incluya nuevas festividades en Jerez de la Frontera.

Sé que la propuesta provocará opiniones enfrentadas. Los autónomos y pymes posiblemente protesten ante tamaña solicitud mientras que, por el contrario, el gremio de funcionarios tocará las palmas con las orejas. Mas todos ellos deben comprender la importancia de que Jerez cuente con muchas más festividades de las que actualmente componen su calendario.

La necesidad es obvia. Nuestra ciudad, desde hace años, está hecha unos zorros. Calles sucias y llenas de boquetes, aceras intransitables, fachadas impresentables y repletas de pintadas, jardines descuidados, monumentos cubiertos por jaramagos, mobiliario urbano (papeleras, bancos .) desaparecido o en estado lamentable, y un largo etcétera que usted, ciudadano que pasea por Jerez, conoce mejor que nadie. Sin embargo parece magia. Basta que el calendario anuncie que, durante los próximos días, se celebrará tal o cual festividad y, como duendes mágicos salidos de debajo de las setas, aparecen por doquier cuadrillas de trabajadores que adecentan y engalanan la ciudad al punto de hacerla diferente.

Esta historia ya la pude advertir con motivo de la pasada festividad de San Antón. Esa cuyo acto central consiste en bendecir nuestras macotas en el Parque González Hontoria, pues con motivo de la misma, el parque lució sus mejores galas. De la noche a la mañana, se encalaron las fachadas, se hicieron desaparecer pintadas, se recortaron los setos, se sustituyeron todas y cada una de las lámparas fundidas en las farolas del recinto y, como digo, el parque -que tras la feria cae en el más profundo olvido-, volvió a ser un recinto agradable.

Llega ahora la Semana Santa y, de nuevo, me encuentro con tres cuartos de lo mismo. Se han repintado las marcas viales de las principales calles de nuestra ciudad; se han parcheado o asfaltado tramos de las mismas; se han reparado farolas que hacía meses que no brillaban; los jardines están que da gloria verlos; se han podado muchas palmeras con hojas más resecas que el ojo de un tuerto (que me perdonen los tuertos por la frase hecha); las fuentes han sido limpiadas e, incluso, se ha adecentado la fachada de nuestra insigne Catedral, a cuyos hierbajos nadie había prestado la más mínima atención en los últimos 365 días.

Así que es de imperiosa urgencia ampliar el calendario festivo de la ciudad, como único método para que Jerez luzca decentemente. Sé que Doña Pilar es recurrente al achacar la mayoría de los problemas de la ciudad a la herencia recibida. Sin embargo, en materia de limpieza, la muy 'pillina' calla pues, justo es reconocerlo, en tiempos del Alcalde Pacheco, Jerez era una ciudad limpia. Incluso llegó a ser distinguida con el galardón 'Escoba de Plata' premio que anualmente convoca la 'Asociación Técnica para la Gestión de Residuos Sólidos y Medio Ambiente' y del que, por cierto, en nuestra provincia tan sólo Cádiz con Doña Teófila al frente, ha logrado alcanzar por dos veces su máximo galardón: la 'Escoba de Platino'.

Así que es triste reconocerlo pero, o en Jerez se añaden más fiestas al calendario o la ciudad termina convertida es un autentico vertedero. Dicen las malas lenguas que, tras Semana Santa, la Alcaldesa va a provocar una hecatombe en el Gobierno Municipal, y entre sus asesores. Con un poco de suerte, igual rescata del olvido a aquellos técnicos que, con el anterior gobierno local, tenían a Jerez limpia como los chorros del oro y ello, sin necesidad de que cada domingo vuelva a ser Domingo de Ramos...