LA TRANSICIÓN SEGÚN GRIÑÁN
El presidente se procura un mayor liderazgo tras sus cambios, pero también descontentos
Actualizado: GuardarTRES semanas de vértigo en la política andaluza culminan un proceso de cambio en el poder regional con el protagonismo absoluto de Griñán, que ha logrado fortalecer su liderazgo en Andalucía, el principal objetivo de tanto meneo político con el argumento de poner en rumbo la recuperación económica y la confianza en el futuro de esta Comunidad atenazada por la crisis. El presidente ha acometido una valiente cirugía estética al poder socialista. Lo ha hecho de una forma muy personal, colocando su propio acento en todas las claves con las que se puede interpretar los cambios. Puede decirse que Griñán ha triunfado con esta operación porque ha logrado arrebatar el foco de la iniciativa política a su principal rival, Javier Arenas; ha dado carpetazo a la etapa de Chaves sin margen de maniobra a los descontentos en su propio partido; y ha cumplido la misión por la que Zapatero aceptó su nombramiento, para que pilotara una transición que hiciera visible la sucesión y el recambio generacional.