Acuerdo para un mundo seguro
EE UU y Rusia pactan la mayor reducción de armas atómicas en los últimos 20 años
MOSCÚ. Actualizado: GuardarTras muchos meses de tira y afloja por parte de las administraciones de los ex presidentes George W. Bush y Vladímir Putin y un año de forcejeos entre los negociadores de Barack Obama y Dmitri Medvédev, Rusia y EE UU han llegado por fin a un acuerdo para reducir en un 30% sus respectivos arsenales nucleares. El nuevo tratado será firmado el 8 de abril en Praga.
Así fue anunciado ayer de forma simultánea en las dos capitales. Obama lo hizo personalmente en Washington y Medvédev, mediante un comunicado. El documento, fruto de unas meticulosas y arduas negociaciones, contempla que el número límite de cabezas nucleares por ambas partes será de 1.550, lo que, según la nota de la presidencia rusa, supone tres veces menos que el establecido en el precedente Start-1, que venció el pasado diciembre y fue firmado en 1991.
El número de los llamados 'vectores' o portadores (misiles en tierra, en submarinos y a bordo de bombarderos estratégicos) no podrá superar los 700. En lo que se refiere a las unidades de lanzamiento (lanzaderas, sumergibles y aviones) será de un máximo de 800.
Otra particularidad del nuevo acuerdo, que se rubricará para un periodo de diez años, es que permite a las partes diseñar la composición y estructura de sus arsenales atómicos ofensivos de la forma que crea más oportuna, siempre y cuando se sitúe dentro de los marcos señalados. Su texto regula también los mecanismos de intercambio de información y dispone de un sistema de verificación «más sencillo y menos costoso». Tendrá que ser ratificado de forma «sincronizada» por los Parlamentos ruso y estadounidense.
Según el Kremlin, «el tratado tendrá una cláusula vinculando las armas nucleares ofensivas y las estratégicas defensivas». El ministro de Exteriores, Serguéi Lavrov, reconoció que tal vínculo no restringe el despliegue de escudos antimisiles, como el que Washington planea instalar en Rumanía y Bulgaria, tras renunciar a construirlos en Polonia y la República Checa. El jefe de la diplomacia rusa dijo que los firmantes del tratado no tienen prohibido actuar de forma unilateral. Sin embargo, puntualizó que «si una de las partes detecta que la otra pretende desarrollar un armamento defensivo en detrimento de su propia seguridad, podrá abandonar el acuerdo».
A este respecto, el secretario de Defensa norteamericano, Robert Gates, dejó claro que, efectivamente, «la defensa antimisiles no está restringida» en el nuevo tratado.
En cualquier caso, en Moscú estaban ayer satisfechos. Según Medvédev, el acuerdo «refleja un equilibrio de intereses entre ambos países». El jefe del Estado Mayor, el general Nikolái Makárov, afirmó que lo pactado «responde plenamente a los intereses de seguridad de Rusia».
Obama ha calificado lo conseguido como «el acuerdo nuclear más importante de las dos últimas décadas». Según sus palabras, supone «una señal clara de que Rusia y EE UU quieren liderar», refiriéndose al proceso de desarme atómico en todo el mundo.