Sáenz de Santamaría y Rajoy acuden a una reunión con responsables económicos del PP. :: EFE
ESPAÑA

El PP se descuelga de la foto de Zurbano

El Ejecutivo confía en reunir una mayoría para el pacto con los grupos nacionalistas y alguna fuerza de izquierda Rajoy rechaza rubricar el acuerdo sobre las 54 medidas anticrisis propuestas por el Gobierno

MADRID. Actualizado: Guardar
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España afrontará la fase más decisiva de su recuperación económica sin el consenso político que ansía el Gobierno. El acuerdo anticrisis que propuso José Luis Rodríguez Zapatero en enero pasa un momento difícil. El Gobierno ha emplazado a los responsables de todos los grupos parlamentarios a que el próximo lunes respondan si apoyan las 54 medidas que dio a conocer el jueves Elena Salgado. La situación, 72 horas antes del decisivo encuentro en el palacio de Zurbano, se antoja poco halagüeña para el Ejecutivo: ningún partido confirmó el 'sí', aunque aún queda margen para que una negociación 'in extremis' propicie que los nacionalistas o alguna fuerza de izquierda se unan al PSOE.

El Gobierno, en todo caso, sabe que el principal partido de la oposición se descuelga de forma definitiva. Mariano Rajoy lo dejó claro ayer: «El PP no va a estar en una fotografía inútil». El líder de los populares opina que la cita en Zurbano escenificará los errores de la política económica de Zapatero, sobre todo, su «obsesión» por mantener la subida de impuestos.

El presidente del partido opositor intentó transmitir que una cosa es arrimar el hombro y otra muy distinta «ser cómplices de una política que nos mete cada día más en la crisis». Calificó, además, de «claramente insuficientes» las propuestas de la troika -Elena Salgado, José Blanco y Miguel Sebastián-, sobre todo, porque las considera «irrelevantes» para lograr salir de la crisis. «¿Alguien piensa que se reduce el desempleo porque se pueda llevar una maleta más en un avión?», preguntó de manera irónica, en alusión a una de las 54 medidas planteadas por el Ejecutivo.

Rajoy arremetió contra el Gobierno por defender un texto «de mínimos» con actuaciones de alcance «limitado» que eluden las grandes transformaciones que necesita España para escapar de la actual coyuntura y que, a su juicio, son: las reformas laboral, fiscal, educativa y del sector público, entre otras.

El PP tampoco quiere convertirse en un muro, sobre todo porque entiende que algunos de los planteamientos surgidos de las dos reuniones de Zurbano sí pueden tener utilidad. Por ello, los populares apoyarán en su tramitación parlamentaria aquellas medidas que, a su juicio, sean beneficiosas para la economía. Las iniciativas que gozan del visto bueno popular son, precisamente, las que se incluían en su documento: la rebaja del IVA para las reparaciones y rehabilitaciones domésticas y la aplicación de un tipo de IVA superreducido para los servicios de atención a la dependencia.

Cita clave

Pese al rechazo del PP y a las reticencias del resto de los grupos, en la Moncloa no meditan aplazamientos ni cambios de fecha para cerrar el acuerdo porque defiende la urgencia en ejecutar un buen número de las reformas propuestas, que quedarán plasmadas al día siguiente, tras la reunión del Consejo de Ministros, a través de un real-decreto ley.

La vicepresidenta primera, María Teresa Fernández de la Vega, se mostró ayer «absolutamente convencida» de que aunque algunas formaciones han planteado «diferencias legítimas» con el contenido del documento, el lunes «se hará más patente que nunca el acuerdo».

Tras el Consejo de Ministros, De la Vega señaló que el gabinete había manifestado su «satisfacción» por el «excelente trabajo» que habían realizado la comisión negociadora y los grupos políticos en las sesiones celebradas en el palacio de Zurbano, ya que «en un plazo muy razonable» (cinco semanas) habían sabido «recoger el espíritu y la letra» de muchas de las propuestas anticrisis de unos y otros.

La portavoz del Gobierno no desperdició la oportunidad de calificar de «irresponsable» al PP por excluirse del pacto, pero no se mostró extrañada porque, «lamentablemente», el principal partido de la oposición, a su juicio, «está instalado en la negación absoluta, en la política de corto alcance, que piensa sólo en el partido y los votos y no en el interés general de los ciudadanos y del país».