La magia de la competitividad
PROFESOR UCA Actualizado: GuardarSi este año meteorológicamente ha sido el de mayor lluvia en los últimos tiempos, también debemos decir que el 2010 será el año de la transformación, al menos eso es lo que dice el Fondo Monetario Internacional, qué razón lleva en el fondo. Nos dice que si queremos que todo siga igual que antes, debemos cambiar ahora para poder seguir avanzando como antes. Tan aclaratoria recomendación me lleva de nuevo al concepto de competitividad. Si preguntamos a un empresario por el significado del término nos dirá que es la diferencia entre estar dentro o fuera del mercado.
Cualquier manual de economía nos indica que las principales actuaciones a desarrollar son una optimización de los costes, de las inversiones y de los procesos productivos, añadiendo a esta receta la dotación de una adecuada política financiera y, por supuesto, un cuidado exquisito a los recursos humanos. Hoy en día, la innovación es más que nunca un elemento clave, tanto por la vía de la investigación y el desarrollo, para la generación de nuevos bienes y servicios, como en el impulso de nuevos enfoques de gestión o de negocio. También existen otros ingredientes que, sin ellos, no saldrá bien el plato que preparamos. Me refiero a ingredientes como conciencia medioambiental, carreteras más seguras, acceso a Internet, mayor facilidad a los emprendedores, entre otras muchas. Si nuestra principal industria, el turismo, desea sobrevivir, posiblemente tengamos que reflexionar sobre algunos de los elementos que ayudan a la competitividad. No sólo las empresas, sino el Gobierno y sus administraciones deben ser los agentes protagonistas y constructores de la competitividad del destino. Nuestro país es la tercera potencia turística mundial después de Francia y Estados Unidos, y ante el auge de destinos emergentes como hemos comprobado y nos han dicho en la última reunión de la ITB de Berlín, puede que sigamos descendiendo en el 'ranking' si no actuamos deprisa y con contundencia. El que lo entienda sobrevivirá a esta etapa y el que no, posiblemente con las lluvias de los últimos tiempos, será arrastrado a las inmensidades de los océanos.