
Relevo con prisas en la isla de La Cartuja
Hubo que repetir la foto de familia porque en la primera sesión faltó el consejero de Empleo
SEVILLA. Actualizado: GuardarPara los que son supersticiosos ha quedado claro que Griñán no lo es dejando su ejecutivo en 13 consejerías. El número para algunos fatídico proporcionó ayer la anécdota de la mañana en la que los consejeros tomaron posesión de sus cargos en la isla de la Cartuja. El acto careció de la solemnidad y emoción de otras veces. Es el tercero en esta legislatura y se notó. Había menos invitados y menos familia y mucha prisa por pasar el trámite y empezar a trabajar. Tanta prisa que, una vez concluida la toma de posesión, hubo que repetir la tradicional foto de familia. Sobre el entarimado dispuesto en uno de los patios, los consejeros posaron atentos a la cámara, tanto que no se percataron de que faltaba uno. Los fotógrafos ya se largaban del patio tras los cientos de flashes cuando alguien les hizo volver. ¡Que falta uno! Era el consejero de Empleo, Manuel Recio, novato en estas lides. Alguien bromeó con que se le quería dejar fuera por lo del número 13.
Finalmente la foto se hizo con la 'familia' al completo y todos acabaron tan contentos. La alegría de los consejeros nuevos y los que se quedan contrastaba con la cara de circunstancias de los salientes. Todos menos Rosa Torres. La nueva presidenta del PSOE-A aprovechó la tarima del patio para hacerse la foto del relevo con Paulino Plata tan feliz como si fuera al contrario. No había tiempo que perder. Es la consigna dada por Griñán al nuevo equipo. «Hoy ya están trabajando», dijo el presidente. Plata se mostró encantado con su nueva cartera de Cultura y ya apuntó algunos cambios acorde con los tiempos de crisis. Es decir, planteará alguna reestructuración que adelgace el actual organigrama, aunque no quiso adelantar más. En su designación ha contado la veteranía de este político versátil, que durante trece años fue consejero con Chaves de Agricultura y Turismo. «Tiene méritos en si mismo», dijo Griñán cuando se le preguntó por su incorporación.
Mar Moreno, objetivo de todas las miradas y focos en la mañana soleada de ayer, se comprometía a trabajar «con los cinco sentidos» en su nuevo cometido como consejera de consejeros y portavoz del Gobierno, un cargo que por vez primera desempeña un miembro del Ejecutivo en Andalucía. Moreno esquivó con diplomacia los piropos que Zapatero le echó en una entrevista en Canal Sur. «Me siento afortunada por las personas que me aprecian en mi partido, pero ahora es la confianza de Pepe Griñán lo que más valoro». Como muestra de la buena sintonía de ambos, Moreno invitó al presidente a una cerveza en la cafetería del recinto monumental.
Moreno deja Educación en manos de Francisco Álvarez de la Chica, al que cree que no le debe dar consejos, «porque él conoce bien Educación, ya me dio consejos a mí hace un año». De la Chica, maestro de profesión, dijo sentir una «emoción inenarrable» y se marcó como objetivos mantener el diálogo con los agentes educativos y seguir en parte la hoja de ruta marcada por su antecesora.
Igual de considerado con la ex titular de Justicia, Begoña Álvarez, se mostró Luis Pizarro, que une a Gobernación esta competencia. El titular de Gobernación y Justicia dijo que la ex consejera había dejado «el listón muy alto». De hecho, ha sido la gran sorpresa en los cambios. Nadie contaba con su salida un año después de su nombramiento y habida cuenta de la buena impresión que sobre ella tiene Griñán. Preguntado al respecto, el presidente justificó su salida por la supresión de su consejería. Como compensación, el Gobierno la nombró ayer miembro del Consejo Consultivo. Pizarro, que se propone dedicar «pasión y tiempo» a su nuevo cometido, se reúne hoy mismo con el presidente y el fiscal jefe del TSJA. No hay tiempo que perder.