La izquierda barre a Sarkozy
Los conservadores eluden la humillación en los comicios regionales al salvar su bastión de Alsacia y trocar Córcega por La Reunión
PARÍS. Actualizado: GuardarLa izquierda francesa ratificó ayer en la segunda vuelta de las elecciones regionales el triunfo logrado el domingo precedente en la primera ronda y endosó una severa derrota a la derecha gobernante del presidente Nicolas Sarkozy. A los conservadores les cabe el consuelo de que su descalabro no llegó a la humillación de asistir a un mapa político totalmente pintado de rosa, verde y rojo, los colores de la coalición vencedora, ya que logró salvar su bastión histórico de Alsacia y trocar Córcega por La Reunión en un cambio de cromos insular en el que sin embargo pierden influencia. La coalición de socialistas, ecologistas y comunistas obtuvo uno de los mejores resultados desde la fundación en 1958 de la quinta República Francesa para el campo progresista.
La izquierda totalizó el 54,3% de los votos frente al 36,1% de los sufragios cosechado por los conservadores, mientras que el ultraderechista Frente Nacional, con el que los conservadores rechazan sellar alianzas, se contentó con cerca del 10%, según las primeras estimaciones. Se trata de la correlación de fuerzas más ventajosa para la izquierda desde las legislativas de 1981, y el margen más amplio (18 puntos) conquistado en unos comicios locales. La mayor movilización del electorado, que redujo en cuatro puntos la abstención récord registrada en la primera vuelta, no impidió el anunciado fiasco conservador. Tan sólo tuvo efectos benéficos para las huestes de Sarkozy en Alsacia.
La izquierda, que perdió La Reunión, salió vencedora en Córcega (37%), pero sin alcanzar la mayoría absoluta, por lo que se verá obligada a pactar con los nacionalistas moderados (23%) para gobernar. A falta de conocer los resultados de los territorios americanos de Guyana y Martinica, los socialistas ratificaron el control de las 20 asambleas regionales metropolitanas que gobernaban, con especial mención al 61,1% recolectado por Ségolène Royal en Poitou-Charentes, lo que revalida su perfil presidenciable.
Dimensión nacional
Aunque Sarkozy se esforzó durante la campaña en quitar dimensión nacional a los comicios, el mal resultado tendrá forzosamente repercusiones gubernamentales. «El escrutinio es regional, luego sus consecuencias serán regionales», había dicho el mismo político que tras el precedente desastre en las regionales de 2004 defendió un cambio de rumbo en el Gobierno, entonces dirigido por el conservador Jean Pierre Raffarin.
Sarkozy se contenta con introducir algunos cambios en la tripulación sin renegar de la apertura a la izquierda, caudalosa vía de agua en el electorado conservador. Por eso se espera que los socialistas tránsfugas Bernard Kouchner y Eric Besson mantengan las carteras de Asuntos Exteriores e Inmigración, en la remodelación «técnica» del Gobierno anunciada la víspera de la votación.