ESPAÑA

El viaje que abrió la investigación

MADRID. Actualizado: Guardar
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El primer indicio de que las identificaciones «no fueron bien» tuvo lugar de forma inesperada. Cinco meses después de la tragedia, varias familias viajaron a Trebisonda, al norte de Turquía, invitadas por el Villareal Club de Fútbol, que, circunstancialmente, jugaba en esa localidad un partido de la copa del UEFA.

Lo que en principio era una simbólica visita al lugar del siniestro acabó en un escándalo con mayúsculas. En ese fatídico monte cargado de recuerdos, entre la maleza chamuscada, aparecieron chapas identificativas de los militares, cruces, fotos y otras pertenencias. La reacción fue unánime: «Defensa no peinó la zona, ¿qué llegó a España en los ataúdes y enseres?», se preguntaron. El ministro Trillo dio la callada por respuesta. «No quiero polemizar», dijo.

Era mediados de octubre de 2003 cuando se destaparon las negligencias en las identificaciones. Se puso así el punto de partida para que los familiares acudieran meses después a la Justicia y lograran, seis años más tarde, la primera condena penal por el trágico accidente aéreo.