Un 'taxi' de Pekín anuncia el servicio de publicidad de Google, el buscador que tensa aún más su relación con el Gobierno chino. :: AP
Sociedad

Google cierra su página en mandarín

El Gobierno de China advierte que la web en inglés, que seguirá abierta, deberá cumplir con las leyes del país y bloquear los temas prohibidos El buscador más utilizado del mundo adopta esta medida para protestar contra la censura de Pekín

| PEKÍN. Actualizado: Guardar
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«La situación es bastante confusa y a veces los trabajadores sabemos menos que los medios, pero lo que es seguro es que Google cerrará su portal en mandarín antes de un mes». Así de claro explicó ayer a este periódico los planes de Google en China uno de sus empleados, que prefirió ocultar su identidad.

Tras dos meses de tira y afloja, desde que el principal buscador de internet denunciara el pasado 12 de enero los ciberataques de 'hackers' chinos y la censura del régimen comunista, las negociaciones entre ambas partes han resultado infructuosas y, finalmente, Google ha decidido clausurar la página web en mandarín que abrió en 2006.

Según informó el diario económico 'China Business News', citando también a empleados anónimos, la compañía estadounidense anunciará el próximo lunes su decisión de clausurar Google.cn, que podría dejar de estar operativo el 10 de abril.

«Pero eso no significa que Google vaya a cerrar su oficina de Pekín, ya que el negocio en China es muy importante y seguirá funcionando el portal en inglés», aclaraba el trabajador contactado por este periódico, quien sin embargo cree que la firma de Mountain View tendrá que prescindir de parte de los 700 empleados con que cuenta ahora en este país.

Aunque 'Guke' (Google en mandarín) deje de funcionar, el régimen de Pekín ya ha advertido a la multinacional californiana de que su buscador en inglés deberá cumplir las leyes chinas. Lo que significa que tendrá que someterse a la censura que imponen las autoridades sobre ciertos asuntos políticamente sensibles y que, hasta ahora, permanecen bloqueados, como la matanza de estudiantes de Tiananmen en 1989, las críticas de los disidentes que reclaman democracia y libertad de expresión, las denuncias de los grupos defensores de los derechos humanos y las reivindicaciones independentistas del Tíbet y Taiwán.

Para no quedarse al margen del vasto mercado chino, el mayor del mundo con más de 380 millones de internautas, tanto Google como Yahoo, Microsoft y otras compañías occidentales habían aceptado la censura pese al descrédito que suponía para su imagen como paladines de la libertad de información. De hecho, Yahoo hasta ha entregado a los jueces correos electrónicos de disidentes que luego han sido condenados por criticar al régimen. Pero, al menos en el caso de Google, esta complicidad cambió totalmente cuando reveló en enero que 'hackers' chinos habían espiado los correos de Gmail de disidentes y se habían infiltrado en los ordenadores de una veintena de empresas estadounidenses, algunas militares.

Aunque Pekín negó su implicación en estos ciberataques, supuso el principio del fin del matrimonio de conveniencia entre Google y China, donde, según las últimas cifras, el buscador de Internet vio reducida en 2009 su cuota de mercado del 30 al 18,9%, muy por detrás del 76% que acapara el portal chino Baidu pero muy por encima de Yahoo o eBay.

De hecho, los ingresos de Google en el gigante asiático, que se sitúan entre 206 y 413 millones de euros, son sólo una pequeña parte de los más de 15.000 millones de euros que factura al año, pero la estrategia de crecimiento de la compañía había situado a China como uno de sus objetivos prioritarios.

Desde que estalló el escándalo del ciberespionaje, el pulso entre el buscador y el régimen de Pekín se ha convertido en una situación embarazosa para ambas partes en la que nadie podía salir victorioso.