ESPAÑA

Agirregabiria, de chapuzas a instructor

Su experiencia se limita a un petardo que no llegó a estallar, pero desde hace meses es profesor de explosivos de los nuevos comandos

MADRID. Actualizado: Guardar
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Arkaitz Agirregabiria del Barrio, de 27 años, es otro de los huidos de la 'kale borroka' que ha trepado en ETA en muy poco tiempo por las bajas provocadas por los continuos golpes policiales a pesar de que su experiencia en el terreno de los comandos operativos es casi nula. Los servicios antiterroristas franceses aseguran que en la actualidad es un alto responsable del aparato militar de la organización terrorista, aunque lo cierto es que sólo lleva dos años en las filas de ETA como 'liberado'.

Su currículum es más bien escaso y, desde luego, muy poco lucido para lo que estilaba hace unos años. Dio el salto a ETA en enero de 2008, cuando no compareció al juicio que se iba a celebrar contra él por la colocación el 23 de julio de 2005 de un artefacto casero que no llegó a hacer explosión en la puerta de la Casa del Pueblo socialista de la localidad vizcaína de Derio. La fiscalía reclamaba para Agirregabiria cuatro años de cárcel por un delito de estragos terroristas en grado de tentativa.

La bomba confeccionada por el hoy cabecilla terrorista, y presunto miembro del comando que asesinó al agente francés, era una verdadera chapuza. Estaba confeccionada por cuatro litros de gasolina, medio kilo de azúcar, un spray y un petardo de gran potencia. El artefacto pirotécnico que debía explosionar la mezcla era tan viejo que la mecha se apagó. Pero ahí no acabó la chapuza. Agirregabiria dejó impresas sus huellas dactilares en diversos puntos del artefacto, lo que permitió a la Ertzaintza identificarle cuatro meses después.

Un día en el calabozo

Fue detenido en el barrio bilbaíno de Santutxu el 30 de noviembre de 2005 acusado del ataque, pero el juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu consideró que no era demasiado peligroso y decretó su libertad con cargos un día después de que el arrestado negara cualquier relación con la fallida bomba. Andreu sólo decretó como medida cautelar comparecencias semanales, que el terrorista cumplió de forma escrupulosa hasta el día anterior a tener que sentarse en el banquillo de la Audiencia Nacional.

Desde su incomparecencia muy poco se sabía de Arkaitz Agirregabiria. En octubre del pasado año, algunos testigos le situaron como el tercer inquilino de la casa de la localidad de la Bretaña francesa de Carnac donde fueron detenidos el entonces número uno del aparato político de ETA, Aitor Elizarán, y la portavoz de la banda terrorista Oihana San Vicente. Aquellas identificaciones, no obstante, no fueron tomadas demasiado en serio por las fuerzas de seguridad.

Su nombre volvió a aparecer el pasado febrero. El etarra ciclista Ibai Beobide, capturado el 13 de febrero por la Guardia Civil cerca de la localidad guipuzcoana de Asteasu cuando trataba de activar tres taldes en el País Vasco, confesó que Agirregabiria fue quien le adiestró en Francia en la fabricación de explosivos y en la encriptación de datos informáticos.