Funcionarios de la Policía Local durante una protesta en una sesión plenaria. :: ESTEBAN
Jerez

«Estamos con las carnes abiertas»

La incertidumbre primó ayer en el desarrollo de la jornada laboral en el Consistorio, aunque la plantilla municipal ve poca «credibilidad» en las palabras de la alcaldesa

JEREZ Actualizado: Guardar
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Lo de las nóminas municipales es ya como el cuento de Pedro y el lobo. Cada mes que pasa y, sobre todo, con cada revés que se encuentra en el camino la negociación del Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE), llegan las amenazas a la estabilidad y al bolsillo de los 2.700 empleados del Ayuntamiento.

Esta vez, como no podía ser menos después del plantón que han dado los sindicatos -por distintos motivos- a la negociación del ERTE, la alcaldesa, Pilar Sánchez, volvió a echar mano de argumentos que hablan de que si no salen adelante otras medidas habrá que sopesar la posibilidad de realizar despidos masivos o que hablan del peligro que corre desde este mismo mes el pago de los sueldos.

Y ayer, un día después de que la primera edil soltara estas perlas a los propios representantes sindicales, reinaban muy distintas posiciones entre los empleados de esta administración pública. Según con quien se hablara del tema lo que primaba era la preocupación o un cierto pasotismo ante una historia que, como confesaba ayer un funcionario de una de las antiguas gerencias, «es siempre la mismo».

«Todos los días llega una noticia distinta, todos los días nos desayunamos con una barbaridad distinta de la que debe ser nuestra jefa y velar por nuestros intereses», explicaban ayer algunos empleados a este medio. Por ese motivo, porque ya llueve sobre mojado, la sensación ayer era la de «escepticismo», porque a casi nadie le resulta ya creíble lo que dice Pilar Sánchez.

«Hoy (por ayer) se ha trabajado normal, cada uno a lo suyo y sin que le hayamos dado más vueltas al asunto», apuntaba otro empleado que insiste en que «lo que pasa es que ya no sabemos si tomar en serio lo que se dice».

Pero no todos reaccionaron ayer igual, y aunque algunos dudaban de que pudiera ser posible que 2.700 familias se quedaran sin cobrar el sueldo el próximo mes, otros no dudaban en afirmar que «estamos con las carnes abiertas, porque sabemos que la cosa está muy fea, que no hay dinero, que llevamos meses cobrando tarde, y encima no se dan pasos para solucionar el tema». «Vamos, que se sigue gastando como siempre», apuntaba ayer una empleada de una de las delegaciones.

Lo peor para todos es la incertidumbre, y el silencio interno de los sindicatos. «No ha llegado ni un comunicado o correo electrónico que explique qué esta pasando», apuntaba ayer uno a la hora del café, mientras su compañero añadía que «están muy entretenidos dándose bocados entre ellos».