ESPAÑA

Francia ha pagado «un alto precio» por colaborar con España contra ETA

Rajoy aprovecha para avisar de que no tolerará otra negociación con los terroristas y reclama a Hugo Chávez la misma actitud que Sarkozy

MADRID. Actualizado: Guardar
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Si el asesinato del gendarme francés Jean-Serge Nérin se hubiera producido hace tres meses, es más que probable que la reacción del Gobierno y, sobre todo, del primer partido de la oposición hubiera sido otra. Pero con el ambiente aún marcado por las últimas manifestaciones de los dirigentes de Batasuna, José Luis Rodríguez Zapatero se vio obligado a desplegar toda su contundencia para asegurar que las fuerzas de seguridad continuarán en «una lucha implacable» contra los «criminales» de ETA.

La respuesta del presidente del Gobierno a la actuación de la organización terrorista en el sur de París tenía un doble valor. Más allá de trasladar a Francia sus condolencias -cosa que hizo a través de una llamada telefónica al presidente de la República, Nicolas Sarkozy, así como con el envío de un telegrama a la familia del agente- venía a dejar clara su postura frente a los intentos de dirigentes de la izquierda 'abertzale', entre ellos el ex portavoz Arnaldo Otegi, de buscar un nuevo proceso de negociación.

Era necesario, sobre todo, porque Rajoy se le había adelantado a comparecer unos minutos antes, y en lugar de limitarse a una declaración de apoyo sin fisuras a la política antiterrorista había lanzado una advertencia. «Este nuevo asesinato de ETA me reafirma en la convicción de que hay que mantener una política antiterrorista basada en las siguientes ideas -subrayó-: no se negocia nunca ni con ETA ni con ninguna de sus franquicias; ni ETA ni ninguna de sus franquicias pueden presentarse a las próximas elecciones municipales. Ésta para nosotros es una decisión muy importante en la lucha contra el terrorismo, y hay que seguir apoyando a las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado en España, en Francia y en otros países».

El presidente del PP también aprovechó para introducir a Venezuela en el discurso. Agradeció a Francia su «reconfortante» colaboración en la lucha contra ETA, y agregó: «Sería muy importante que otros países que han estado en la actualidad en los últimos tiempos también lo hicieran, y lo hicieran con la misma contundencia», remarcó.

«Acoso constante»

Zapatero, en cambio, eludió adentrarse en ese terreno. Aseguró que la muerte del brigada es el «alto precio» que ha tenido que pagar Francia por su cooperación y expresó su condena y sus condolencias a la familia, al Gobierno y al pueblo francés. «He sentido este asesinato como si se tratara de un miembro de las fuerzas de seguridad españolas -dijo- porque sé hasta qué punto en Francia trabajan con nosotros siempre por la causa de la libertad y el fin de ETA». Pero también insistió en un mensaje: que los terroristas sufren un «constante acoso» policial que no cejará porque también ellos «mantienen sus pretensiones criminales».

El ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, lo dijo luego de otra manera durante un acto en Toledo. «Nadie se puede llamar a engaño; este asesinato viene a demostrar que ETA está en lo que está», señaló. Fue un modo de responder a las dudas que habían lanzado Rajoy y, más explícita, su número dos, Dolores de Cospedal. «Estamos oyendo hablar -dijo la secretaria general del PP- de la posibilidad de que una parte de los que están cercanos a ETA puedan presentarse (a las elecciones municipales)».

Rubalcaba insistió en que «el que no condena los asesinatos no puede pedir los votos» y puso a Batasuna y sus herederos ante la disyuntiva de elegir «o muertos o votos». En la misma línea se manifestó el 'lehendakari', Patxi López, pero él se dirigió más directamente aún al independentismo radical. «Tenéis que hablar claro -advirtió-, ya no quedan sombras donde esconder la ambigüedad».

La izquierda 'abertzale', sin embargo, siguió enrocada. Durante un acto en Pamplona, uno de sus dirigentes, Santi Kiroga, se refirió al asesinato del gendarme como uno de «los acontecimientos de los últimos días». Sin más, sin condenas y sin permitir preguntas de los informadores. La izquierda 'abertzale' también emitió un comunicado en el que muestra «su pesar» y «lamenta» la muerte del agente en un hecho «fortuito y no premeditado», al que, sin embargo, «no hay que restar gravedad».